El 23 de enero de 2024, Google tomó la decisión de finalizar su contrato con Appen, una destacada empresa australiana de datos especializada en el entrenamiento de herramientas de inteligencia artificial, con un enfoque particular en Bard, Search y otros productos. Esta noticia surge en un momento de intensa competencia en el desarrollo de herramientas de inteligencia artificial generativa. La portavoz de Google, Courtenay Mencini, explicó que esta medida es parte de los esfuerzos continuos para optimizar las asociaciones con proveedores en Alphabet y mejorar la eficiencia operativa.
Cuerpo del artículo: El comunicado de Appen a la Bolsa de Valores de Australia reveló que la empresa no tenía conocimiento previo de la decisión de Google de finalizar el contrato. Este movimiento afecta a los trabajadores humanos en empresas como Appen, quienes desempeñan un papel crucial en las partes menos agradables del entrenamiento de inteligencia artificial y a menudo son la base ignorada de la industria, enfrentándose a salarios más bajos. Según Fast Company, empleados de Appen, miembros del Sindicato de Trabajadores de Alphabet, habían solicitado aumentos salariales de $10 a $15 por hora el año pasado, pero aunque hubo aumentos, no alcanzaron la meta, resultando en la pérdida de empleo para muchos de ellos debido a condiciones comerciales.
Además, CNBC informa que Appen también ha contribuido al entrenamiento de modelos de inteligencia artificial para gigantes tecnológicos como Microsoft, Meta y Amazon. En su declaración a la ASX, Appen destacó que su colaboración con Google representa una parte significativa de sus ingresos, llegando a $82.8 millones solo en el año fiscal 2023, aunque los ingresos totales de la compañía fueron de $273 millones el año anterior.
Courtenay Mencini agregó que Google está trabajando estrechamente con Appen para asegurar una transición sin contratiempos. Además, se destaca el caso de los empleados de Accenture, otro contratista de Google, que se unieron abrumadoramente al Sindicato de Trabajadores de Alphabet después de negarse a manejar solicitudes ofensivas para el chatbot Bard en noviembre del año pasado.
Esta decisión de Google no solo impacta en la industria de inteligencia artificial, sino que también destaca los desafíos que enfrentan los trabajadores de la tecnología, especialmente aquellos en roles menos visibles. El incidente en Appen refleja la importancia de considerar las condiciones laborales en la era de la inteligencia artificial.