En un mundo cada vez más impulsado por avances tecnológicos, la inteligencia artificial (IA) ha emergido como un catalizador potencial para abordar algunos de los problemas económicos más críticos que enfrentan las naciones. En particular, la inteligencia artificial podría ser clave para reducir el abultado déficit fiscal de Estados Unidos, un problema que ha preocupado a economistas y líderes políticos durante años. Según un estudio reciente de economistas de la Brookings Institution, la IA tiene el potencial de transformar el sistema de salud de EE. UU. de manera tan significativa que podría aliviar una parte importante del déficit fiscal del país en las próximas dos décadas.
El problema del déficit fiscal de EE. UU.
Para entender el contexto de este informe, es importante analizar la situación fiscal actual de Estados Unidos. El déficit fiscal del país ha alcanzado niveles alarmantes, superando los 1.8 billones de dólares en el año fiscal que terminó el 30 de septiembre de 2023, lo que representa aproximadamente el 7% del Producto Interno Bruto (PIB) del país. Además, la deuda nacional asciende a más de 36 billones de dólares. Este déficit ha sido impulsado en gran parte por los gastos del gobierno en áreas como la salud, la seguridad social y la defensa.
Uno de los sectores más problemáticos es el sistema de salud, que absorbe una gran parte del presupuesto federal. En 2023, el gobierno federal gastó alrededor de 1.8 billones de dólares en seguro de salud, lo que representó un 7% del PIB. Este gasto, a pesar de ser exorbitante, no siempre se traduce en mejores resultados de salud o en una atención de calidad. Gran parte de este dinero se destina a funciones administrativas y no a la mejora de la atención al paciente.
La inteligencia artificial como solución
Un equipo de economistas de la Brookings Institution, formado por Ben Harris, Neil Mehotra y Eric So, ha identificado la inteligencia artificial como una posible solución para reducir el déficit fiscal de EE. UU. y, a su vez, mejorar la calidad del sistema de salud. En su informe, los economistas predicen que, bajo un escenario optimista, la IA podría reducir el déficit anual en hasta un 1.5% del PIB para 2044, lo que equivaldría a una reducción de aproximadamente 900 mil millones de dólares en términos nominales. Este ahorro se lograría, en gran parte, gracias a la mejora en la eficiencia del sistema de salud, que, según los autores, representa una de las áreas con mayor potencial de transformación a través de la IA.
El potencial de la IA en la mejora del sistema de salud
Uno de los principales obstáculos que enfrenta el sistema de salud de EE. UU. es la falta de eficiencia, particularmente en los costos administrativos. Según un informe de McKinsey, alrededor del 25% del gasto en salud, tanto público como privado, se destina a funciones administrativas que no están relacionadas con el tratamiento directo de los pacientes. Esto es un claro ejemplo de ineficiencia que la inteligencia artificial podría abordar.
La IA tiene el potencial de optimizar procesos clave dentro del sistema de salud, como la programación de citas, la gestión del flujo de pacientes y el análisis preliminar de datos médicos. Por ejemplo, mediante el uso de sistemas de IA, los hospitales podrían mejorar la asignación de recursos y reducir los tiempos de espera para los pacientes. Además, las herramientas de IA también podrían utilizarse para mejorar la precisión en el diagnóstico y el desarrollo de planes de tratamiento más personalizados y efectivos.
Según los economistas de Brookings, una de las mayores promesas de la IA es su capacidad para transformar el panorama de la atención preventiva. La implementación de IA en el diagnóstico temprano y en la prevención de enfermedades podría reducir significativamente los costos a largo plazo asociados con tratamientos médicos costosos. Si la IA ayuda a detectar enfermedades en sus etapas más tempranas, esto no solo mejoraría los resultados de salud, sino que también reduciría la carga financiera para el gobierno y los ciudadanos.
El impacto de la IA en la longevidad y la fuerza laboral
Aunque la aplicación de la IA en el sistema de salud tiene el potencial de reducir los costos a través de una atención más eficiente, también existe la posibilidad de que, a medida que la tecnología mejora la atención médica, la esperanza de vida de la población aumente. Un aumento en la esperanza de vida podría resultar en una mayor proporción de personas jubiladas y, por lo tanto, en un mayor gasto en programas como la Seguridad Social y Medicare.
Sin embargo, los economistas de Brookings consideran que el efecto positivo de la IA en la prevención y el diagnóstico temprano podría superar este desafío. Un sistema de salud más eficiente podría resultar en una población más saludable, lo que llevaría a un aumento en la participación laboral. Las personas que permanecen saludables durante más tiempo podrían seguir trabajando, lo que aumentaría la productividad general de la economía.
El papel crucial de la regulación y la adopción de la IA
Aunque las posibilidades de la IA en la atención médica son prometedoras, los economistas de Brookings y otros expertos en el tema, como Ajay Agrawal, profesor en la Escuela de Administración Rotman de la Universidad de Toronto, advierten que existen varios desafíos en su implementación. Uno de los principales obstáculos es la regulación. El sector de la salud está altamente regulado, lo que podría retrasar la adopción de nuevas tecnologías como la IA. Además, la implementación de IA en el sector público podría verse obstaculizada por la falta de incentivos adecuados, mientras que el sector privado podría tener más dificultades para justificar su uso debido a los costos asociados con la adopción de la tecnología.
Agrawal sugiere que las asociaciones público-privadas serán clave para superar estas barreras. Si el gobierno proporciona incentivos adecuados, podría fomentar la adopción de la IA en el sistema público de salud. Al mismo tiempo, las empresas privadas tienen el incentivo de reducir costos y mejorar la atención al paciente, lo que podría acelerar la implementación de la IA.
El futuro de la IA en la atención médica de EE. UU.
Las grandes empresas tecnológicas ya están avanzando en el desarrollo de aplicaciones de IA para el sector de la salud. Google, Amazon y Microsoft están desarrollando sistemas de IA especializados en el diagnóstico y el tratamiento médico. Google, por ejemplo, ha lanzado el sistema Articulate Medical Intelligence Explore (AMIE), que ayuda en el diagnóstico y la toma de decisiones clínicas. Amazon y Microsoft también están trabajando en proyectos similares que podrían tener un impacto significativo en la eficiencia y el costo de la atención médica.
El presidente electo Donald Trump podría influir en la adopción de la IA en el sistema de salud durante su segundo mandato. Trump ha prometido reducir el gasto público y eliminar regulaciones, lo que podría tanto dificultar como acelerar la implementación de la IA en el sector de la salud. Si las regulaciones se reducen, las empresas podrían tener mayor libertad para desarrollar e implementar tecnologías de IA, aunque esto también podría plantear preocupaciones sobre la seguridad y la calidad de la atención médica.
La inteligencia artificial tiene el potencial de ser un factor transformador en la reducción del déficit fiscal de EE. UU., especialmente a través de la mejora de la eficiencia en el sistema de salud. Aunque existen desafíos en su implementación, la IA ofrece una oportunidad única para reducir costos, mejorar los resultados de salud y, en última instancia, aliviar la presión fiscal sobre el gobierno. A medida que la tecnología continúa avanzando, la clave para desbloquear su potencial radica en una regulación adecuada, incentivos sólidos y una colaboración efectiva entre el sector público y privado