La Comisión Europea ha decidido no designar a iMessage como un servicio central de plataforma, evitando un escrutinio adicional para Apple.
La decisión de la Comisión Europea de no obligar a Apple a abrir iMessage bajo la Ley de Mercados Digitales (DMA) significa que el servicio no estará sujeto a nuevas obligaciones, incluida la interoperabilidad con otros servicios de mensajería. Además, la Comisión también decidió no designar al navegador Edge de Microsoft, el motor de búsqueda Bing y el negocio de publicidad como servicios centrales de plataforma.
Después de una investigación de cinco meses, la Comisión encontró que iMessage, Bing, Edge y la publicidad de Microsoft no califican como servicios de puerta de entrada, a pesar de cumplir con los umbrales cuantitativos para esta designación. Tanto Apple como Microsoft acogieron con satisfacción esta decisión.
Esta noticia marca el final de una investigación que comenzó cuando la Comisión publicó su lista de 22 servicios regulados en septiembre pasado. Aunque la App Store de Apple, el navegador Safari y el sistema operativo iOS fueron designados como servicios centrales de plataforma, la decisión sobre iMessage se pospuso hasta que se completara la investigación. Una investigación similar sobre iPadOS está en curso.
Mientras tanto, Meta ha visto cómo dos de sus plataformas de mensajería, WhatsApp y Messenger, fueron designadas como servicios centrales de plataforma bajo la DMA y ha estado trabajando en su interoperabilidad con servicios de terceros.
Aunque iMessage no estará sujeto a las reglas de DMA, Apple anunció recientemente su apoyo al estándar de mensajería RCS multiplataforma en iPhones. Esta decisión de Apple coincide con el período de escrutinio regulatorio.
Google expresó su decepción con la decisión de la Comisión, argumentando que excluirlas de las reglas de DMA limitará las opciones para los consumidores y las empresas.
Apple ha dejado claro que seguirá apoyando iMessage junto con el estándar multiplataforma RCS. Sin embargo, la empresa aún enfrenta desafíos para cumplir con los requisitos más estrictos de la regulación, como la reciente controversia sobre la Tarifa de Tecnología Central.