Apple redefine la estética digital con Liquid Glass, pero despierta críticas entre diseñadores por su legibilidad
En el marco de la WWDC 2025, Apple ha presentado su actualización visual más ambiciosa en más de una década: Liquid Glass, una nueva interfaz que transforma la experiencia de usuario en iPhones, iPads, Macs y otros dispositivos del ecosistema con un diseño translúcido que recuerda al efecto del vidrio esmerilado. Esta actualización ya está disponible para desarrolladores y se espera que llegue al público en versión beta el próximo mes, marcando un antes y un después en la línea de diseño de Apple.
Sin embargo, más allá del impacto visual, el nuevo enfoque ha generado una oleada de debate entre diseñadores y desarrolladores de interfaces. Muchos celebran el cambio como un paso audaz, mientras otros advierten que la estética podría afectar la legibilidad y la usabilidad, especialmente en entornos de alto brillo o para personas con dificultades visuales.
¿Qué es Liquid Glass?
Liquid Glass representa la reinterpretación más profunda del diseño visual en el software de Apple desde el lanzamiento de iOS 7. Inspirado en la interfaz del visor Vision Pro, el nuevo diseño otorga a los botones, menús, ventanas emergentes e íconos una apariencia que emula el vidrio esmerilado, con colores de fondo suavemente difuminados que se asoman detrás de cada elemento.
La sensación de profundidad, transparencia y movimiento fluido busca ofrecer una experiencia inmersiva y sofisticada. Apple apunta a una interfaz donde el contenido y el contexto visual se integren en una coreografía visual armoniosa. Sin embargo, esa ambición también ha traído dudas sobre cómo esa elegancia puede traducirse en efectividad durante el uso cotidiano.
Impacto en la legibilidad
Uno de los primeros puntos de fricción detectados por los expertos en experiencia de usuario es la dificultad para leer ciertos textos o distinguir componentes clave de la interfaz. El exceso de transparencia puede jugar en contra de la claridad. Para algunos diseñadores, el efecto de vidrio puede terminar compitiendo con el contenido textual en lugar de enmarcarlo.
Diseñadores de aplicaciones enfocadas en productividad han expresado preocupaciones sobre el uso del nuevo diseño en entornos de trabajo, donde la legibilidad y la eficiencia son claves. Las áreas donde los elementos se superponen con fondos coloridos o animados presentan retos importantes. Si bien Apple ha trabajado históricamente en fortalecer la accesibilidad, este nuevo diseño parece haber despertado incertidumbres iniciales que podrían requerir ajustes en próximas versiones beta.
Un enfoque estético ambicioso
Desde un punto de vista técnico, Liquid Glass es una proeza. Reproducir fenómenos como la dispersión de la luz, la refracción y el desenfoque dinámico en tiempo real dentro de una interfaz gráfica exige un nivel de ingeniería avanzado. El esfuerzo invertido en esta actualización es evidente en la fluidez del efecto y en la integración de los elementos con el entorno visual del sistema operativo.
El lenguaje de diseño no se limita a un rediseño visual superficial. La actualización penetra cada rincón del sistema: desde la pantalla de inicio hasta las notificaciones, ajustes del sistema, widgets y menús contextuales. Además, al tratarse de un cambio unificado, la interfaz está destinada a extenderse gradualmente a watchOS, iPadOS y macOS, creando una experiencia visual cohesiva en todo el ecosistema Apple.
Una primera impresión dividida
Para algunos desarrolladores y diseñadores, Liquid Glass es una bocanada de aire fresco. Se percibe como un rejuvenecimiento que permitirá interfaces más limpias y modernas, con un enfoque más centrado en el contenido. Usuarios con pantallas más grandes, como en el caso del iPad o el Mac, podrían beneficiarse de una mayor amplitud visual y una sensación de ligereza en la interacción.
Por otro lado, diseñadores centrados en la funcionalidad han cuestionado si la transparencia puede terminar siendo más decorativa que práctica. Elementos que deberían guiar la atención del usuario —como botones o campos de entrada— podrían verse desdibujados por la complejidad del fondo.
El debate está servido: ¿es más importante una interfaz visualmente impactante o una experiencia que priorice la funcionalidad pura?
Un paralelismo con iOS 7
El estreno de Liquid Glass guarda ciertas similitudes con el lanzamiento de iOS 7, que también fue recibido con una mezcla de admiración y escepticismo. En aquel entonces, Apple abandonó el skeuomorfismo en favor de un diseño plano que también generó confusión entre los usuarios iniciales. Con el tiempo, iOS 7 evolucionó y ajustó muchos de sus aspectos más criticados, proceso que podría repetirse con iOS 26.
Liquid Glass, como iOS 7 en su momento, representa una nueva filosofía. El riesgo está en que el diseño se imponga sobre la usabilidad. Aun así, Apple ha demostrado en múltiples ocasiones su capacidad para iterar rápidamente, atendiendo tanto a la estética como a la funcionalidad con actualizaciones periódicas.
Accesibilidad en el centro de la discusión
Uno de los temas más importantes en torno a Liquid Glass es la accesibilidad. El nivel de transparencia, el desenfoque de los fondos y el dinamismo visual podrían complicar el uso para personas con dificultades de visión. Diseñadores con experiencia en aplicaciones de alta demanda funcional ya están sugiriendo mayores controles para personalizar el nivel de opacidad o la intensidad del efecto.
El historial de Apple en materia de accesibilidad es sólido. La compañía ha incorporado durante años funciones como VoiceOver, lupa, contraste elevado, filtros de color, y más. Por tanto, se espera que los desarrolladores de Cupertino incluyan opciones de ajuste para adaptarse a diferentes necesidades. Sin embargo, estas herramientas aún no han sido completamente detalladas en el lanzamiento inicial para desarrolladores.
Un diseño adaptado a múltiples plataformas
Uno de los aspectos más ambiciosos de Liquid Glass es su expansión planificada más allá del iPhone. El nuevo diseño busca establecer un lenguaje visual unificado entre todos los dispositivos de Apple. En el Apple Watch, esto podría representar una mejora estética significativa en esferas y notificaciones; en el iPad, el efecto podría brindar una nueva dimensión de interacción; y en macOS, el desafío será conservar la claridad en pantallas grandes con múltiples ventanas.
El diseño también parece tener en cuenta futuras iteraciones del Vision Pro y otros dispositivos de realidad aumentada, en donde la integración visual entre capas y entornos será crítica para lograr una experiencia fluida y envolvente.
Feedback de los desarrolladores
Muchos desarrolladores que han tenido acceso a la versión preliminar de iOS 26 ya están trabajando para adaptar sus aplicaciones al nuevo estilo. Algunos han encontrado inspiración en el lenguaje visual, integrando nuevas formas de mostrar contenido de forma más fluida. Otros, sin embargo, están replanteando sus interfaces para reforzar la legibilidad y limitar el uso del efecto cuando pueda generar confusión.
En los foros de discusión entre desarrolladores, una frase se repite con frecuencia: “Es hermoso, pero difícil de leer”. Ese equilibrio entre estética y funcionalidad será el factor determinante para la aceptación general de Liquid Glass.
¿Qué pueden esperar los usuarios en la beta pública?
La beta pública de iOS 26 está programada para lanzarse el próximo mes. Apple tiene la oportunidad de recopilar comentarios masivos de usuarios reales para realizar ajustes en la interfaz antes del lanzamiento oficial. Se espera que durante este período se refinen elementos clave como el contraste de texto, la visibilidad en condiciones de luz extremas y la integración del nuevo diseño con apps de terceros.
El periodo beta también será crítico para evaluar cómo se comporta Liquid Glass en diferentes modelos de iPhone, especialmente en generaciones anteriores, donde el hardware podría no estar optimizado para renderizar efectos visuales avanzados sin sacrificar el rendimiento.
Perspectivas a futuro
Liquid Glass es más que una actualización estética: representa la dirección hacia la que se encamina el diseño digital de Apple. La empresa está apostando por una interfaz más inmersiva, fluida y conectada con el entorno visual de cada dispositivo.
El desafío será lograr que esta nueva estética se convierta en una mejora tangible para el usuario promedio. Para ello, Apple deberá balancear elegancia con eficiencia, estética con funcionalidad, y ofrecer herramientas que permitan adaptar la experiencia a diferentes perfiles de usuario.
A medida que más desarrolladores experimentan con las herramientas disponibles y que la comunidad brinda su retroalimentación, Liquid Glass tendrá espacio para evolucionar y convertirse no solo en un símbolo visual de una nueva era en Apple, sino también en una interfaz que combine belleza y claridad con equilibrio.