La administración Biden ha anunciado una inversión histórica de $4.3 mil millones en subvenciones destinadas a apoyar iniciativas de energía limpia y tecnologías verdes en todo EE. UU. Estos fondos financiarán 25 proyectos diferentes liderados por gobiernos estatales, municipales y tribales, así como coaliciones de gobiernos locales. Los proyectos abarcan desde la implementación de cargadores de vehículos eléctricos hasta la instalación de bombas de calor, con el objetivo de reducir la contaminación por gases de efecto invernadero y promover la transición hacia una energía más limpia.
Se estima que los proyectos financiados permitirán una reducción significativa de aproximadamente 971 millones de toneladas métricas de CO2 para el año 2050. Este impacto es comparable a eliminar la contaminación climática de alrededor de 5 millones de hogares estadounidenses anualmente, según la Agencia de Protección Ambiental (EPA).
Los estados y ciudades desempeñarán un papel crucial en el cumplimiento de los objetivos climáticos establecidos en el acuerdo de París. Este papel se vuelve aún más relevante considerando que el expresidente Trump podría regresar con una agenda más agresiva de desregulación. La Corte Suprema, que Trump había llenado de jueces conservadores, ha limitado recientemente la capacidad de las agencias federales para imponer regulaciones amplias sobre la contaminación.
En este contexto, el gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, ha destacado la importancia de la inversión anunciada, que otorga $396 millones a su estado para iniciar una nueva iniciativa llamada RISE PA. Esta inversión ayudará a reducir la contaminación tóxica del aire, crear miles de empleos y continuar con el legado de liderazgo energético de Pensilvania.
Entre los proyectos financiados, uno de los más destacados es el de casi $250 millones destinado a desarrollar infraestructura de carga para vehículos eléctricos comerciales en los estados de Nueva Jersey, Connecticut, Delaware y Maryland. Además, las comunidades costeras del sur de Alaska recibirán más de $38.6 millones para reemplazar sistemas de calefacción a base de petróleo por bombas de calor eléctricas más eficientes.
Este financiamiento proviene de la Ley de Reducción de la Inflación, la mayor inversión en clima y energía limpia de EE. UU. hasta la fecha. También está vinculado a la Iniciativa Justice40, que busca asegurar que al menos el 40% de los beneficios de ciertas inversiones federales lleguen a comunidades desfavorecidas.
El anuncio llega en un momento crucial, justo un día después de que el presidente Joe Biden se retirara de la carrera presidencial y respaldara a la vicepresidenta Kamala Harris como su reemplazo. Esta decisión subraya la importancia de la acción climática en el ciclo electoral actual. Mientras EE. UU. sigue siendo el mayor productor de petróleo y gas del mundo, la administración Biden se ha comprometido a reducir las emisiones de carbono en al menos un 50% para 2030 como parte del acuerdo climático de París. En contraste, Trump ha prometido intentar sacar a EE. UU. del acuerdo de París nuevamente si es reelegido.