En una semana marcada por la recuperación firme de Bitcoin (BTC) frente a los vaivenes geopolíticos y las tensiones macroeconómicas, el activo digital más importante del mundo financiero vuelve a estar en boca de todos. A pesar de la presión ejercida por eventos entre Israel e Irán, Bitcoin ha logrado recuperar terreno y mantenerse con fuerza por encima de los $105,000. Pero lo más importante no ha sido ese rebote técnico, sino la reafirmación de que los $112,000 alcanzados recientemente no representan el tope del mercado alcista.
Esta es una semana crucial no solo para los traders de criptomonedas, sino para los actores macroeconómicos globales. La decisión de tipos de interés por parte del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC), la evolución de los precios del petróleo, la presión inflacionaria y los movimientos de las ballenas en la red de Bitcoin, están configurando un entorno cargado de señales que los inversores más atentos no están dispuestos a ignorar.
A continuación, se analizan cinco aspectos clave que definen la situación actual de Bitcoin y que pueden marcar el rumbo de su cotización en los próximos días.
1. Recuperación sólida tras los temores geopolíticos
La semana inició con Bitcoin recuperando terreno, borrando en gran medida las pérdidas derivadas de las tensiones entre Israel e Irán. Tras cerrar la semana anterior cerca de los $104,500, el arranque sobre los $107,000 marcó un resurgimiento sólido para la criptomoneda. Esta dinámica se interpreta como una señal de resiliencia por parte del mercado, que se muestra menos vulnerable ante el ruido político que en ciclos anteriores.
Los operadores señalan que este cierre semanal por encima del soporte técnico clave refuerza el sentimiento alcista. Además, las zonas de liquidez observadas por encima del precio spot comienzan a ser absorbidas, lo que aumenta la probabilidad de ver movimiento hacia nuevas zonas de resistencia.
A pesar de la incertidumbre internacional, la presión de venta se ha contenido. Esta fortaleza es vista por muchos analistas como evidencia de que el mercado no ha culminado su ciclo alcista, a pesar de haber alcanzado recientemente los $112,000.
2. $112,000 no fue el techo: movimiento en rango anuncia un despegue inminente
El comportamiento de Bitcoin durante el último mes ha sido inusualmente estable en términos de volatilidad. Con un rango de solo 10% entre los máximos y mínimos mensuales, analistas observan una compresión de precios que suele anticipar un movimiento violento en cualquier dirección. A diferencia de los meses anteriores donde BTC oscilaba con mayor amplitud, esta calma relativa es interpretada como la antesala de un movimiento importante.
En este sentido, el nivel de los $100,000 sigue siendo un umbral técnico clave que debe ser defendido por los compradores. La pérdida de este nivel podría generar presión bajista, pero mientras se mantenga como soporte, las probabilidades de un nuevo intento hacia máximos históricos permanecen intactas.
El consenso es claro: el movimiento hacia los $112,000 no representa el punto final del mercado alcista, sino una pausa técnica en una tendencia que aún tiene espacio para desarrollarse.
3. El entorno macroeconómico: petróleo, tipos de interés y presión inflacionaria
Uno de los factores más relevantes para los mercados financieros esta semana es la reunión del FOMC, donde se espera que la Reserva Federal mantenga su actual política monetaria sin recortes de tipos. Esta decisión se da en un contexto marcado por un repunte en los precios del petróleo, lo que podría tener implicaciones directas sobre las expectativas inflacionarias de Estados Unidos.
El alza de las materias primas, combinada con la debilidad del dólar, ha puesto presión sobre los responsables de la política monetaria. A pesar de que los mercados han descartado un recorte de tipos antes de septiembre, la narrativa política y económica en Washington añade presión adicional. El presidente Donald Trump ha sido especialmente vocal sobre la necesidad de estimular la economía en un contexto electoral.
La correlación histórica muestra que un dólar débil y un petróleo fuerte han servido como catalizadores positivos para el precio de Bitcoin. En ese sentido, esta coyuntura podría favorecer a BTC si el mercado interpreta que la inflación podría volver a repuntar en los próximos meses.
4. Alineación entre ballenas y minoristas: el ciclo del HODL
Uno de los fenómenos más interesantes de esta fase del mercado es la convergencia entre el comportamiento de los grandes inversionistas (ballenas) y el público minorista. Ambas categorías han mostrado una clara preferencia por mantener sus BTC fuera de los exchanges, una señal que históricamente anticipa subidas de precio.
Los flujos de entrada hacia plataformas como Binance han caído a mínimos no vistos desde el inicio de este ciclo, lo que sugiere una confianza generalizada en la dirección de largo plazo del activo. Esta sincronización no es común: normalmente las ballenas toman posiciones antes que los minoristas. Cuando ambas partes coinciden en mantener sus posiciones, el mercado se encuentra ante una señal constructiva de alta convicción.
Esta tendencia contrasta con lo observado en los picos anteriores, donde el consenso entre ballenas y minoristas iba orientado a vender en máximos. Ahora, la narrativa es distinta: el holding predomina, mientras el suministro disponible en exchanges sigue disminuyendo. Solo en el último año, se han retirado más de 550,000 BTC de plataformas de intercambio.
5. Señales de un posible “short squeeze” en el horizonte
El análisis de los derivados en plataformas como Binance sugiere que el precio de BTC en contratos perpetuos es inferior al del mercado spot, una condición que históricamente ha sido precursora de fuertes movimientos alcistas cuando se revierte.
Esta diferencia entre el precio de derivados y el mercado al contado refleja una presión bajista institucional. Sin embargo, esta presión puede convertirse en una oportunidad si se da un “short squeeze”, es decir, una subida abrupta del precio que obliga a los vendedores en corto a cerrar sus posiciones, alimentando la subida con compras forzadas.
El patrón actual es diferente al de 2021-2022, donde una brecha similar entre derivados y spot indicaba un mercado bajista. Ahora, la situación se presenta en un contexto de máximos históricos, con dinámica institucional, ETFs y arbitraje en juego. Esto sugiere que la narrativa detrás de la brecha ha cambiado y podría convertirse en una señal alcista si el mercado revierte esa tendencia.
Bitcoin y el camino hacia los $150K: ¿exageración o proyección realista?
A pesar de la aparente calma y los retrocesos puntuales, muchos analistas continúan proyectando un BTC rumbo a los $150,000 antes del cierre de 2025. Estos pronósticos están fundamentados en variables técnicas, comportamientos históricos de los ciclos de halving y una mayor participación institucional derivada de los ETFs de Bitcoin al contado.
La oferta continúa disminuyendo, la demanda institucional crece de manera constante y el contexto macro favorece la adopción de activos descentralizados como resguardo frente a la inflación y a la inestabilidad geopolítica. Si bien el camino no será lineal, el sentimiento generalizado es de optimismo informado.
Resumen: un mercado que espera definición, pero que avanza con convicción
Bitcoin encara esta semana con múltiples frentes abiertos. Desde los indicadores técnicos hasta la macroeconomía, pasando por los patrones de comportamiento en cadena, todo sugiere que el mercado se encuentra en una fase de acumulación estratégica.
El rango estrecho de precios, la caída en los volúmenes de intercambio en exchanges, la estabilidad en las métricas on-chain y la convergencia entre minoristas y ballenas, refuerzan la narrativa de que aún no se ha alcanzado el techo del ciclo.
Los $112,000 no marcaron el final, sino una pausa. Y la pausa podría estar llegando a su fin.
¿Está el mercado preparado para un nuevo impulso? Las condiciones técnicas y fundamentales parecen alinearse. En un entorno de cambios rápidos, donde la política, la economía y la psicología del mercado se entrelazan, Bitcoin sigue mostrando señales de fortaleza que, según muchos actores, aún no han sido plenamente valoradas.
El movimiento puede estar a punto de comenzar. La dirección, aunque incierta a corto plazo, tiene un objetivo claro en el largo: consolidar a Bitcoin como el activo digital de referencia en un nuevo orden económico global. Y mientras tanto, el mercado observa. Espera. Acumula. Y confía.