Los cohetes Falcon 9 de SpaceX han sido puestos en tierra después de experimentar una falla crítica durante su lanzamiento la noche del jueves desde la Base de la Fuerza Espacial Vandenberg en California. La misión, conocida como Grupo Starlink 9-3, tenía como objetivo desplegar satélites Starlink para mejorar la conectividad global, pero enfrentó un revés significativo cuando la segunda etapa del Falcon 9 no pudo reiniciar su motor Merlin Vacuum debido a una fuga de oxígeno líquido. Elon Musk, CEO de SpaceX, confirmó que la tentativa de reinicio para elevar el perigeo resultó en una “desintegración no programada rápida” del motor, dejando la nave en una situación crítica en el espacio.
SpaceX ha iniciado una investigación exhaustiva en colaboración con la Administración Federal de Aviación (FAA), entidad que ha ordenado la suspensión de todos los vuelos del Falcon 9 hasta que se esclarezcan las causas de la falla. Según declaraciones de la compañía, publicadas en su sitio web y reportadas por CNBC, la prioridad ahora es identificar las razones detrás de la anomalía y implementar las correcciones necesarias para garantizar la seguridad y fiabilidad de futuros lanzamientos.
El Falcon 9, un pilar fundamental en la industria espacial con un notable 52% de participación en todos los lanzamientos orbitales este año según el rastreador de lanzamientos orbitales de Gunter Krebs, ha sido reconocido por su capacidad de llevar carga útil al espacio con una fiabilidad excepcional. Sin embargo, esta no es la primera vez que el Falcon 9 enfrenta un desafío técnico significativo; la última falla similar ocurrió en 2016, cuando un cohete explotó en la plataforma de lanzamiento.
Como consecuencia directa de la falla, SpaceX ha informado que los satélites Starlink, aunque desplegados, se encuentran en una órbita más baja de lo planeado inicialmente. Aunque la compañía ha logrado establecer contacto con parte de los satélites a bordo, aproximadamente la mitad, estos se encuentran en una situación precaria debido a su órbita elíptica y alta resistencia atmosférica en el perigeo. Según los expertos de SpaceX, el empuje disponible actualmente podría no ser suficiente para elevar exitosamente estos satélites a una órbita operativa, lo que podría resultar en su reentrada y desintegración completa en la atmósfera terrestre en las próximas semanas.
Por último, SpaceX ha asegurado al público y a la comunidad internacional que los satélites Starlink en órbita no representan una amenaza para otros satélites o la seguridad pública. La compañía continúa monitoreando de cerca la situación y trabajando en soluciones para mitigar los impactos de esta falla operativa.