La aceleración en el desarrollo de la vacuna contra el coronavirus durante la pandemia de COVID-19 marcó un hito en la historia de la ciencia. Un proceso que tradicionalmente hubiera tardado más de una década, se logró en tan solo diez meses. Este avance no solo fue resultado de una inversión millonaria, sino también de una colaboración global sin precedentes entre científicos, instituciones y gobiernos. Además, hubo un factor clave que permitió alcanzar este hito en tiempo récord: la tecnología de ARN mensajero (ARNm). Esta innovadora tecnología, que permitió el desarrollo de las primeras vacunas contra el COVID-19, ahora se está adaptando para ofrecer soluciones personalizadas en el tratamiento del cáncer, lo que podría transformar el panorama de la oncología.
El Potencial del ARN Mensajero
El ARN mensajero es una molécula que porta las instrucciones para crear proteínas específicas. En el caso de las vacunas contra el COVID-19, estas instrucciones permitieron fabricar la proteína de la espícula del virus SARS-CoV-2, la cual, una vez reconocida por el sistema inmune, desencadenó una respuesta protectora. Lo revolucionario de esta tecnología es que, en lugar de administrar al paciente una parte del virus, se le ofrece un modelo (un “borrador”) con las instrucciones de cómo se ve el patógeno, permitiendo que el sistema inmune lo reconozca y lo ataque si aparece en el futuro.
Esta tecnología ha demostrado un potencial asombroso y no solo para el COVID-19, sino también para el cáncer, una de las enfermedades más devastadoras del siglo XXI. En colaboración con el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS), las compañías BioNTech y Moderna, pioneras en la tecnología de ARN, están desarrollando una vacuna personalizada contra el cáncer utilizando este método. La iniciativa se encuentra en las primeras fases de pruebas, y miles de personas están participando en ensayos clínicos alrededor del mundo, lo que representa un paso importante hacia un futuro en el que el tratamiento del cáncer se personalice y se adapte a las características individuales de cada paciente.
El Proyecto de Vacuna Contra el Cáncer en el Reino Unido
La necesidad de encontrar nuevas alternativas para el tratamiento del cáncer es más urgente que nunca. Según la Organización Panamericana de la Salud, se prevé un aumento del 47% en los casos de cáncer durante las próximas dos décadas. Además, la misma institución reportó que en 2022 hubo 10 millones de muertes a nivel mundial a causa de esta enfermedad. Ante este panorama, el Reino Unido ha decidido ser el epicentro de un ambicioso proyecto de investigación que busca desarrollar vacunas personalizadas contra diferentes tipos de cáncer.
Reino Unido ha demostrado ser un lugar idóneo para este proyecto debido a sus infraestructuras de vanguardia, que incluyen instalaciones de fabricación a gran escala y sistemas de almacenamiento eficientes. La colaboración con BioNTech y Moderna permitirá que 10,000 pacientes reciban acceso a tratamientos personalizados hasta 2030. Esta es una muestra de la apuesta del país por la investigación científica y la lucha contra el cáncer, aprovechando la experiencia adquirida durante la pandemia con los ensayos rápidos para la vacuna contra el COVID-19.
Avances en Tecnología de Vacunas, Genética e Inteligencia Artificial
Para desarrollar una vacuna personalizada contra el cáncer, se requiere la convergencia de tres áreas clave: la tecnología de vacunas, la secuenciación genética y la inteligencia artificial (IA). La secuenciación genética permite analizar el ADN del tumor de cada paciente, identificando las mutaciones específicas que causan el cáncer. Luego, mediante algoritmos informáticos y la IA, se puede determinar cuáles de esas mutaciones son reconocibles por el sistema inmunológico, lo que facilita la creación de una vacuna adaptada a cada caso.
“El primer paso es extraer el tumor del paciente y realizarle una secuenciación genética. Después, se introduce esa información en un algoritmo informático de inteligencia artificial, que analiza cuáles son las mutaciones del cáncer que el sistema inmunológico puede reconocer. El tercer paso es fabricar una vacuna personalizada para esa persona y, finalmente, administrársela”, explica el oncólogo Lennard Lee, quien lidera este proyecto en el NHS y en el Instituto Tecnológico Ellison de Oxford.
Este enfoque individualizado está permitiendo que se desarrollen vacunas contra diferentes tipos de cáncer, como el de pulmón, páncreas, melanoma, renal, tumores cerebrales, colorrectal y de vejiga. Las vacunas están diseñadas para personas que han tenido cáncer y han sido sometidas a cirugía para extirpar el tumor. Su objetivo es enseñar al sistema inmunológico a reconocer las células cancerosas específicas de cada paciente, lo que aumenta las posibilidades de prevenir una recaída y mantener el cáncer en remisión.
Ensayos Clínicos en España y el Mundo
El proceso de creación de estas vacunas personalizadas es largo y complicado, pero la Plataforma de Lanzamiento de Vacunas contra el Cáncer, lanzada a finales de 2022, tiene como objetivo acelerar los ensayos clínicos. En este momento, los ensayos están en su tercera fase y se llevan a cabo en hospitales de 25 países en cuatro continentes. España, con seis centros de vacunación en ciudades como Barcelona, Madrid, Málaga y Valencia, forma parte de estos estudios internacionales.
Estados Unidos lidera los ensayos con 34 hospitales involucrados, seguido por Alemania con 12 centros. El oncólogo Lennard Lee destaca la importancia de la confianza que los pacientes tienen en la ciencia, especialmente después de los logros alcanzados durante la pandemia. “La gente vio que la vacuna contra el COVID-19 funcionó. Ahora, la pregunta es: ¿por qué no podemos acelerar también las vacunas contra el cáncer? Se está avanzando a gran velocidad, y este es un momento muy emocionante para la ciencia”, afirma.
Expectativas y Futuro de la Vacuna Contra el Cáncer
Si bien los ensayos aún están en curso, se espera que las primeras aprobaciones para el uso de estas vacunas personalizadas lleguen a principios de 2026. A medida que avancen los estudios, las vacunas podrían convertirse en una alternativa más ágil a los tratamientos tradicionales como la quimioterapia. Sin embargo, los expertos advierten que no se debe entender como un sustituto, sino como una opción complementaria dentro del arsenal de tratamientos de inmunoterapia.
El precio de las vacunas personalizadas aún es incierto, pero se espera que las dosis sean relativamente económicas de producir. No obstante, el costo adicional de la infraestructura necesaria para realizar la secuenciación genética de los tumores podría hacer que el precio final sea más elevado. Las empresas farmacéuticas determinarán el costo una vez que las vacunas sean aprobadas y se empiecen a producir en masa.