El Golfo de México está casi tan caliente como un baño, y esto ha dado lugar a monstruosas tormentas. Los huracanes Milton y Helene se alimentan de aguas inusualmente cálidas, poniendo en riesgo a Florida con marejadas y tormentas intensas. Este fenómeno resalta la alarmante conexión entre el cambio climático y la intensidad de las tormentas.
Las temperaturas de la superficie del mar en el Golfo han alcanzado aproximadamente 88 grados Fahrenheit (31 grados Celsius), muy por encima de lo necesario para desarrollar huracanes, que requieren al menos 79 °F (26 °C). Este calentamiento pone de manifiesto un riesgo creciente con el cambio climático, que está amplificando la fuerza de las tormentas. Como indica Scott Braun, meteorólogo del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, “Cuanto más caliente está el agua, efectivamente, más combustible está disponible para que el motor de la tormenta funcione”.
Milton se intensificó rápidamente de una tormenta de categoría 1 a categoría 5, lo que subraya cómo el cambio climático está influyendo en la dinámica de los huracanes. Este tipo de explosión en la intensidad de una tormenta es casi récord. La alta energía térmica disponible en el Golfo de México aumenta el potencial para tormentas más fuertes y devastadoras, lo que ya hemos comenzado a experimentar esta temporada.
Según un estudio de NASA, las altas temperaturas del agua en la ruta de los huracanes son 200 a 500 veces más probables como resultado de las emisiones de gases de efecto invernadero. Esto demuestra cómo el calentamiento global está influyendo en nuestros patrones climáticos, haciendo que las temporadas de huracanes sean más destructivas. Las comunidades costeras deben prepararse para lo que podría ser una temporada de huracanes devastadora, con pronósticos de marejadas de hasta 12 pies en Tampa Bay.
Con el huracán Milton acercándose a la costa oeste central de Florida, los pronosticadores ya esperaban una dura temporada de huracanes este año, dado el calor casi récord en el Atlántico. Las temperaturas de la superficie del mar más cálidas de lo normal persisten, lo que sugiere que las comunidades costeras podrían enfrentarse nuevamente a problemas antes de que la temporada de huracanes atlántica termine el 30 de noviembre.
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