El fascinante vínculo entre el cerebro humano y la resistencia extrema en maratones
Correr un maratón ha sido considerado durante décadas como una de las pruebas físicas más exigentes para el ser humano. Lo que pocos sabían hasta ahora es que el cerebro también asume un papel central y activo durante esta experiencia límite. Un nuevo estudio científico liderado por el neurocientífico Carlos Matute, de la Universidad del País Vasco, ha revelado un mecanismo cerebral que transforma nuestra comprensión sobre cómo el organismo, especialmente el sistema nervioso, se adapta a situaciones de alto estrés fisiológico.
Este descubrimiento, publicado en la reconocida revista Nature Metabolism, demuestra que durante un maratón, el cerebro recurre a un recurso energético inexplorado para seguir funcionando incluso cuando la energía convencional —la glucosa— se agota. El recurso: la mielina, una sustancia grasa que recubre las fibras nerviosas y que se pensaba que cumplía solo funciones de conducción eléctrica y protección. Esta reserva de emergencia, hasta ahora oculta a la ciencia, revela una dimensión desconocida del cuerpo humano bajo condiciones extremas.
Correr, pensar, sobrevivir: el papel crítico del cerebro en un maratón
Cuando una persona corre un maratón, no solo sus piernas trabajan al límite. El cerebro debe coordinar el movimiento, gestionar el equilibrio, mantener la atención y, sobre todo, lidiar con el dolor, el agotamiento y las emociones. Todo este procesamiento implica un alto consumo energético. Sin suficiente glucosa, el cerebro activa mecanismos de emergencia que incluyen la degradación de su propia mielina para obtener energía suficiente y continuar operando.
Este fenómeno fue observado en un estudio con 10 corredores aficionados, a quienes se les realizaron resonancias magnéticas antes y después de correr un maratón. Los resultados mostraron una disminución temporal de mielina en regiones cerebrales clave, como aquellas relacionadas con el control motor y las emociones. Lo más sorprendente: el tejido dañado se regeneró espontáneamente en un par de semanas, lo que subraya la impresionante capacidad de recuperación del cerebro humano, incluso en edades avanzadas.
Neuroplasticidad en movimiento: la mente se adapta al esfuerzo físico
Uno de los aspectos más impactantes de este descubrimiento no es solamente la utilización de la mielina como fuente energética, sino lo que esto implica en términos de neuroplasticidad. El cerebro no solo se adapta al estrés, sino que puede reconfigurarse y regenerarse tras superar desafíos extremos.
En este sentido, correr un maratón representa una especie de “entrenamiento extremo” también para el sistema nervioso. Estudios previos ya habían demostrado que el ejercicio aeróbico regular —como correr— promueve la producción de neurotransmisores como la dopamina y la serotonina, ambos vitales para el bienestar emocional y la estabilidad cognitiva. Además, correr estimula la neurogénesis, es decir, la creación de nuevas neuronas, especialmente en el hipocampo, una región crucial para la memoria y el aprendizaje.
El maratón como catalizador cerebral: evidencias científicas del cambio
Diversos estudios han confirmado que los corredores de maratón muestran diferencias estructurales y funcionales en sus cerebros en comparación con personas sedentarias. La densidad de materia gris en ciertas áreas es mayor, y también se han registrado patrones eléctricos distintos durante y después del ejercicio. Esto indica que correr tiene un efecto directo en la configuración del cerebro.
A través de electroencefalogramas (EEG) y resonancias funcionales, se ha podido observar cómo se activan zonas cerebrales responsables del control emocional, la resiliencia y la motivación. Los corredores habituales también muestran una mayor capacidad para afrontar el estrés, regular emociones y mantener el enfoque mental, incluso en condiciones adversas.
Correr como terapia: beneficios mentales respaldados por la ciencia
El vínculo entre correr y la salud mental es cada vez más respaldado por estudios clínicos. La actividad física regular está asociada con una reducción de los síntomas de depresión, ansiedad y estrés. Correr, además, eleva la autoestima, mejora el sueño y potencia la claridad mental.
Todo esto ocurre gracias a una combinación de factores: el aumento de neurotransmisores positivos, la mejora del flujo sanguíneo cerebral, la liberación de endorfinas y el fortalecimiento de conexiones neuronales. Estos efectos se potencian aún más en carreras de larga distancia, donde el cuerpo y la mente deben sincronizarse perfectamente para alcanzar la meta.
Pero no todo es positivo: los peligros del sobreentrenamiento
Aunque los beneficios son evidentes, correr sin límites puede traer consecuencias negativas. El síndrome de sobreentrenamiento, una condición reconocida entre atletas de élite y aficionados extremos, puede afectar seriamente el cerebro. La fatiga crónica, los cambios de humor, el insomnio y la pérdida de memoria son algunos de los síntomas que indican que el cuerpo y la mente han sido llevados más allá de sus límites saludables.
Luana Main, experta en neuropsicología deportiva, advierte sobre la importancia de equilibrar el entrenamiento con descansos adecuados. El sistema nervioso necesita tiempo para recuperarse y reconstruir las conexiones neuronales que han sido exigidas durante el esfuerzo. Ignorar las señales del cuerpo puede traducirse en caídas del rendimiento, lesiones y, en casos más graves, trastornos psicológicos.
El rol del descanso en la neuroregeneración
El sueño y el descanso activo son aliados fundamentales para restaurar los tejidos cerebrales afectados por el esfuerzo extremo. Durante el sueño profundo, el cerebro activa mecanismos de limpieza y regeneración que permiten la recuperación total de sustancias como la mielina.
Por ello, los especialistas recomiendan incluir días de descanso, siestas estratégicas y una nutrición adecuada rica en grasas saludables, antioxidantes y vitaminas del complejo B, fundamentales para el sistema nervioso. Además, la hidratación adecuada también juega un papel importante en el mantenimiento del equilibrio neuroquímico.
Correr con inteligencia: claves para una experiencia cerebral positiva
Para que correr un maratón se convierta en una experiencia enriquecedora tanto física como mentalmente, es fundamental adoptar estrategias de entrenamiento que consideren la salud cerebral. Algunos consejos de expertos incluyen:
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Planificar el entrenamiento con etapas de carga y descarga.
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Realizar ejercicios de meditación o mindfulness para mejorar la concentración.
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Escuchar las señales del cuerpo ante el dolor o la fatiga.
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Evitar entrenar con sueño o estrés acumulado.
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Priorizar una dieta equilibrada y variada.
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Mantener controles médicos y neurológicos periódicos si se participa en múltiples eventos de larga distancia.
La mielina, una aliada inesperada en la resistencia humana
Volviendo al hallazgo del Dr. Carlos Matute, el uso temporal de la mielina como fuente energética representa un ejemplo extraordinario de cómo el cerebro prioriza la supervivencia. Es como si activara un protocolo de emergencia que permite mantener las funciones esenciales activas mientras el cuerpo sigue en marcha.
Este fenómeno no implica un daño irreversible; al contrario, la mielina se regenera, y en muchos casos con mayor eficiencia. Este hallazgo también abre nuevas vías de investigación sobre enfermedades neurodegenerativas, donde la pérdida de mielina es un factor clave, como la esclerosis múltiple. Comprender cómo se reconstituye de forma natural en personas sanas puede tener implicaciones terapéuticas futuras.
Un nuevo paradigma en la neurociencia del deporte
Este estudio cambia la forma en que comprendemos la resistencia. Ya no se trata solo de músculos o pulmones, sino de un trabajo silencioso y fundamental del cerebro. El descubrimiento de este recurso oculto confirma que el cuerpo humano es una máquina compleja y eficiente, donde todos los sistemas colaboran para alcanzar metas que, en apariencia, parecen imposibles.
Este tipo de investigaciones abre la puerta a una nueva área dentro de la neurociencia del deporte, donde se explorarán con mayor profundidad los vínculos entre esfuerzo físico, resiliencia psicológica y adaptación cerebral. Y también invita a replantear los límites del rendimiento humano.
Reflexión final: una travesía cerebral tan desafiante como física
El maratón es una prueba que nos exige al máximo, pero también nos enseña. Nos muestra que, incluso cuando el cuerpo parece no poder más, el cerebro tiene la capacidad de activar mecanismos ocultos que nos impulsan a seguir adelante. Gracias a la ciencia, hoy comprendemos mejor cómo se produce ese fenómeno, y con ello, nos acercamos más a dominar el equilibrio entre cuerpo y mente.
El desafío está, ahora, en seguir investigando y en aplicar ese conocimiento de manera responsable. Correr, sí, pero con conciencia. Entrenar, pero también descansar. Exigirnos, pero sin rompernos. Porque en cada zancada no solo late el corazón: también se activa el cerebro, con toda su potencia silenciosa.