Elon Musk es un autoproclamado “absolutista de la libertad de expresión”. Se ha presentado como un firme defensor del intercambio libre y abierto de ideas, afirmando que la única forma en que X permitiría que un gobierno suprima el discurso en su plataforma sería “a punta de pistola”. Sin embargo, este compromiso parece desmoronarse ante la evidencia de múltiples excepciones a su política.
Recientemente, Musk permitió que X fuera prohibida en Brasil en lugar de cumplir con el mandato del país que requería bloquear ciertas cuentas. Este acto contradice su imagen de defensor absoluto de la libertad de expresión, ya que ha hecho lo contrario en otros países bajo presión gubernamental.
Desde el inicio de su adquisición de Twitter en enero de 2023, Musk ha demostrado disposición a seguir las órdenes de gobiernos autoritarios. En ese mes, Twitter bloqueó un documental crítico del primer ministro de India, Narendra Modi. El gobierno indio, que calificó el filme de “propaganda hostil y basura antiindia”, presionó a Twitter para suprimirlo, y Musk, a pesar de su afirmación de desconocer el incidente, no tomó medidas en contra.
En marzo de 2023, tras un apagón en internet impuesto por el gobierno indio en Punjab, Twitter bloqueó el acceso a más de 100 cuentas de destacados opositores del gobierno de Modi. Este acto de censura demuestra una vez más la flexibilidad de Musk en sus principios sobre la libertad de expresión.
A lo largo del año, Twitter también tomó medidas en Turquía para restringir el contenido en vísperas de las elecciones nacionales, en medio de críticas hacia el presidente Recep Tayyip Erdoğan. Estas acciones revelan una tendencia a cumplir con las demandas gubernamentales, incluso en situaciones que afectan la percepción pública y la libertad de expresión.
En otros casos, como en Alemania e India, X ha enfrentado demandas por no moderar adecuadamente el contenido antisemita y la negación del Holocausto. A pesar de estas acusaciones, Musk ha mantenido una postura de cumplimiento con las leyes locales, a menudo en detrimento de sus propias políticas sobre la libertad de expresión.
En abril de 2024, Musk acusó a Australia de censura después de que un juez ordenara bloquear un video que mostraba un apuñalamiento en una iglesia de Sídney. Este conflicto pone de relieve la inconsistencia en la aplicación de políticas de moderación de contenido, especialmente cuando se trata de temas que Musk considera relevantes para sus propias agendas.
En comparación con las políticas de la Unión Europea, Musk y X han mostrado una actitud conflictiva, especialmente en relación con la desinformación. A pesar de las afirmaciones de Musk de estar alineado con la Ley de Servicios Digitales (DSA), X se retiró del Código de Prácticas contra la desinformación, lo que llevó a críticas por permitir que la desinformación persista en la plataforma.
Finalmente, los intereses empresariales de Musk podrían influir en su enfoque hacia la moderación de contenido. Las solicitudes de construcción de fábricas en Turquía e India, junto con la presión gubernamental en estos países, podrían explicar la disposición de Musk a hacer excepciones en sus políticas de libertad de expresión.
El hombre que una vez dijo que solo permitiría que una de sus empresas suprimiera el discurso “a punta de pistola” muestra ahora una flexibilidad notable en sus creencias sobre la libertad de expresión. Esto pone en evidencia una contradicción entre su imagen pública y sus acciones reales.