Ford, el segundo mayor vendedor de vehículos eléctricos en Estados Unidos, se enorgullece de su posición, pero sus recientes pérdidas plantean dudas sobre su sostenibilidad.
La empresa reportó una pérdida de $1.3 mil millones en la venta de 10,000 vehículos eléctricos en el primer trimestre, lo que equivale a $130,000 por vehículo.
La división Model e de Ford, responsable de las ventas de vehículos eléctricos y software, reportó $100 millones en ingresos, una caída del 84% respecto al año anterior. La presión de precios, impulsada en gran parte por Tesla, y la desaceleración en la adopción de vehículos eléctricos son factores que afectan el desempeño.
A pesar de esto, Ford Pro, la división comercial, logró vender un total de 20,232 vehículos eléctricos en el primer trimestre, un aumento del 86% interanual, aunque con una caída del 22% respecto al trimestre anterior.
Para contrarrestar estas pérdidas, Ford planea reducir sus gastos a $8-9 mil millones, en lugar de los $10 mil millones previstos. Además, está invirtiendo en nuevas tecnologías de baterías, como la química de fosfato de hierro y litio, en colaboración con CATL de China, con el objetivo de reducir costos y aumentar la durabilidad y velocidad de carga.
El grupo de trabajo en el Valle del Silicio liderado por Alan Clarke está desarrollando una plataforma de vehículos eléctricos más pequeños y asequibles para captar el mercado urbano, donde se espera un rápido crecimiento en la adopción de vehículos eléctricos.
A pesar de haber descontinuado sus sedanes y hatchbacks hace seis años, Ford confía en que la apuesta por vehículos más compactos y eléctricos será clave para su futuro, aunque resulte irónico, considerando su enfoque previo en SUVs y camionetas de gran tamaño.
Los SUVs de Ford tuvieron un trimestre histórico, con ventas de 216,997 unidades, un aumento del 15% respecto al año anterior, mientras que los sedanes como el Ford Focus, Fiesta y Fusion, al igual que el Mustang Mach-E y el F-150 Lightning, continúan generando pérdidas.