En una medida que ha causado gran controversia, Google ha impuesto un nuevo acuerdo para los influencers tecnológicos que revisan el Pixel 9. Bajo el reciente acuerdo del programa Team Pixel, los creadores de contenido se ven obligados a destacar el Pixel por encima de los productos de la competencia o enfrentarse a la terminación de su relación con la empresa. Esta política ha generado una reacción significativa en la comunidad de influencers y revisores tecnológicos.
El programa Team Pixel, que se encarga de enviar dispositivos Pixel a influencers antes de su lanzamiento público, ha añadido una cláusula que requiere a los participantes priorizar el Pixel en sus contenidos. Según el acuerdo, los influencers no deben presentar el Pixel junto a productos de marcas competidoras. Aquellos que muestren una preferencia por otras marcas pueden ser excluidos del programa.
Este nuevo término ha sido criticado por muchos creadores de contenido, quienes ven la medida como una amenaza a su integridad profesional. Capturas de pantalla del acuerdo filtradas en redes sociales como X y Threads han revelado que la cláusula especifica que si se percibe una preferencia por otras marcas, Google cesará la relación con el creador. El enlace al formulario con estos términos ha sido eliminado desde entonces.
Varios influencers, incluidos Adam Matlock de TechOdyssey y Kevin Nether de The Tech Ninja, han decidido abandonar el programa debido a estas nuevas restricciones. Matlock comentó que la exigencia de exclusividad es una limitación que va en contra de sus principios, mientras que Nether expresó que no está dispuesto a ser forzado a utilizar un solo producto.
Google ha respondido a las críticas diciendo que la cláusula de exclusividad en el acuerdo del Team Pixel no cumplió con su propósito y ha sido retirada. La empresa aclara que el programa Team Pixel es distinto de sus programas de revisión de prensa y que su objetivo es proporcionar acceso anticipado a los dispositivos a los creadores de contenido, no a la prensa tecnológica. La controversia destaca la creciente preocupación sobre la ética en las revisiones tecnológicas y el equilibrio entre el acceso a los productos y la integridad de los revisores.