Una mejora discreta, pero crucial para millones de usuarios que valoran cada detalle de su encuadre.
En un movimiento que podría pasar desapercibido para muchos, pero que resulta fundamental para creadores visuales exigentes, Instagram ha anunciado un cambio importante en su tratamiento de las imágenes. A partir de ahora, la plataforma permite publicar fotos en su formato original de 3:4, eliminando por completo la necesidad de recortar o añadir barras negras a las imágenes capturadas con la mayoría de las cámaras de los teléfonos inteligentes.
Este nuevo formato se alinea con el estándar predominante de los smartphones actuales, como los iPhone, que utilizan el 3:4 como relación de aspecto por defecto. Hasta este anuncio, Instagram limitaba la altura de las fotos al formato 4:5, una proporción ligeramente más cuadrada que obligaba a los usuarios a comprometer su encuadre original. Ya no será así. Desde hoy, subir una imagen vertical a Instagram será sinónimo de mostrarla tal como fue capturada.
El cambio visual más esperado por fotógrafos móviles
Durante años, fotógrafos aficionados y profesionales por igual han manifestado su frustración ante las restricciones de proporción en Instagram. Aunque las redes sociales priorizan el contenido dinámico, este ajuste responde a una necesidad concreta: respetar la intención artística del fotógrafo.
La imposición del formato 4:5 podía parecer inofensiva, pero en la práctica recortaba elementos importantes de la imagen. Los retratos verticales, las tomas arquitectónicas y muchas composiciones cuidadosamente pensadas sufrían distorsiones o mutilaciones sutiles que alteraban su impacto visual.
Ahora, con la adopción del 3:4, Instagram abre la puerta a una nueva etapa de respeto por el formato original de las fotos. Es una mejora que va más allá del algoritmo: se trata de fidelidad, de permitir que cada imagen conserve su integridad estética.
¿Qué implica esto para los creadores de contenido?
El impacto inmediato de esta actualización se siente en el flujo de trabajo de los creadores visuales. Ya no será necesario recurrir a aplicaciones de terceros para añadir márgenes o cambiar la proporción de la imagen antes de publicarla. La carga de trabajo disminuye y el proceso de publicación se simplifica.
Para quienes gestionan cuentas de marca, esta novedad también significa que podrán mostrar productos o escenas verticales sin restricciones, mejorando la presentación visual y alineándola con el contenido generado desde smartphones, que es la norma en la actualidad.
Asimismo, los influencers que trabajan en campos como la moda, el turismo, la gastronomía o la arquitectura encontrarán en este cambio una forma de mantener la coherencia visual de sus publicaciones, algo esencial para destacar en un ecosistema saturado de imágenes.
Una evolución silenciosa pero coherente en Instagram
Este paso es uno más en la evolución constante de Instagram. Aunque sus orígenes están anclados en el cuadrado perfecto —una firma visual que definió su identidad durante sus primeros años—, la plataforma ha ido adaptándose poco a poco a las nuevas formas de consumir contenido.
En enero de 2025, Instagram empezó a mostrar las fotos en formato rectangular dentro de los perfiles de usuario, reconociendo el creciente dominio del contenido vertical en su interfaz. Con el auge de los Reels, las Stories y las transmisiones en vivo, era lógico que la plataforma comenzara a abrazar formatos más naturales para el uso de los smartphones modernos.
Con esta nueva actualización, Instagram se distancia un poco más de su herencia cuadrada, dando prioridad a lo que los usuarios realmente capturan. Ya no se trata de encajar el contenido en moldes predefinidos, sino de permitir que se exprese en su forma auténtica.
De 4:5 a 3:4: una diferencia que importa
A simple vista, pasar de una proporción de 4:5 a 3:4 puede parecer un cambio menor. Sin embargo, las implicaciones visuales son notables. Una imagen 4:5 es más corta en altura que una 3:4, lo cual obliga a cortar parte del encuadre superior o inferior cuando se adapta la foto. Esto puede ser crítico cuando se trabaja con líneas de fuga, marcos naturales o sujetos centrados con precisión milimétrica.
Para los fotógrafos que planifican sus composiciones al detalle, poder mostrar exactamente lo que capturaron, sin alteraciones, es esencial. Este grupo, que abarca desde amateurs apasionados hasta profesionales del sector, representa una parte significativa de la comunidad creativa de Instagram.
Ahora, estas imágenes podrán mantenerse intactas, lo que permitirá que su impacto emocional y narrativo se conserve por completo.
El nuevo estándar para las publicaciones verticales
Este cambio también posiciona al formato 3:4 como el nuevo estándar para las publicaciones verticales dentro de Instagram. Hasta ahora, el 4:5 era la altura máxima permitida para publicaciones de una sola foto o carruseles. Eso ya es parte del pasado.
Con el nuevo soporte nativo para 3:4, tanto las publicaciones individuales como los carruseles adoptarán este formato de forma fluida. Esto uniformiza la experiencia visual y evita sorpresas desagradables al previsualizar el contenido.
Además, este cambio va de la mano con la tendencia general de priorizar el contenido en vertical. Con el crecimiento de las pantallas alargadas en los dispositivos móviles, aprovechar toda la altura de la imagen se convierte en una ventaja estratégica tanto para la narrativa visual como para el engagement.
Una bienvenida para los puristas de la fotografía móvil
Existe un segmento creciente de usuarios que ven en el smartphone una herramienta legítima para la expresión fotográfica. La calidad de los sensores, la sofisticación del procesamiento de imagen y la portabilidad de estos dispositivos los han convertido en aliados poderosos para capturar el mundo.
Este grupo ha tenido que adaptarse a las limitaciones de las plataformas sociales, incluyendo los recortes forzados. El anuncio de hoy, sin embargo, les da voz y reconocimiento.
Ahora pueden compartir sus imágenes sin comprometer la visión original. Se trata de una validación implícita de que la fotografía móvil no solo es válida, sino que merece el mismo respeto formal que otras disciplinas visuales.
Implicaciones técnicas del soporte nativo 3:4
El soporte para el nuevo formato no es solamente un cambio estético: implica modificaciones técnicas importantes en el renderizado de la imagen dentro de la aplicación. Instagram debe garantizar que la interfaz permita ver las imágenes completas, sin superposición de elementos UI como botones o comentarios.
También se deben ajustar los algoritmos de compresión y optimización para asegurar que el rendimiento de la app no se vea afectado al mostrar imágenes más altas. Esto puede requerir cambios en los servidores, las API internas y el sistema de cacheo.
Aunque estos detalles no son visibles para el usuario final, son esenciales para garantizar una experiencia fluida al navegar, subir y visualizar contenido en 3:4.
Cómo aprovechar esta función en tu cuenta
Para utilizar esta nueva funcionalidad, basta con capturar una imagen en tu dispositivo en formato 3:4 y subirla directamente a Instagram. No es necesario editarla ni convertirla en otro formato. La plataforma detectará automáticamente la relación de aspecto y la mostrará de forma íntegra.
Esto simplifica el proceso creativo, reduce los pasos intermedios y evita el uso de editores adicionales o plantillas.
En caso de que quieras editar tu foto antes de subirla, asegúrate de no cambiar la proporción durante el proceso de edición. Aplicaciones como Lightroom, Snapseed o VSCO permiten trabajar sin alterar el ratio de aspecto original si se configura correctamente.
Impacto visual en los perfiles de usuario
Una de las principales preocupaciones que podrían surgir con este cambio es cómo afectará a la apariencia de los perfiles. Si bien Instagram comenzó en enero a mostrar imágenes rectangulares en las cuadrículas de perfil, la incorporación del formato 3:4 podría alterar aún más la armonía visual del feed.
No obstante, esta evolución puede ser vista como una invitación a repensar la estética de los perfiles. En lugar de aferrarse a la simetría de las filas cuadradas, los usuarios podrán experimentar con composiciones más dinámicas y narrativas visuales que fluyen verticalmente.
Esto puede incluso convertirse en una ventaja para quienes buscan diferenciarse, creando un estilo reconocible basado en la verticalidad.
Una señal de apertura hacia más formatos nativos
Este movimiento podría ser solo el inicio de una apertura más amplia hacia otros formatos visuales. Si Instagram ha decidido respetar el encuadre natural del 3:4, no sería descabellado pensar que en el futuro soporte relaciones de aspecto aún más diversas, como 2:3 o incluso formatos panorámicos.
Las plataformas visuales compiten por la atención de los usuarios, y ofrecer flexibilidad creativa puede ser un factor decisivo para fidelizar audiencias. Instagram parece entender que adaptarse a las necesidades reales de los creadores es más efectivo que imponer moldes restrictivos.
¿Qué sigue para la fotografía en redes sociales?
Este ajuste marca un punto de inflexión sutil pero significativo. A medida que las redes sociales se integran más profundamente en la práctica fotográfica diaria, los límites entre la expresión artística y la plataforma tecnológica se vuelven más difusos.
Permitir que una imagen se muestre tal como fue tomada, sin alteraciones, es una forma de respeto hacia el trabajo visual. Es también una forma de empoderar al creador, devolviéndole el control sobre su narrativa visual.
Instagram, al implementar esta función, no solo mejora su plataforma, sino que también establece un precedente: cada pixel cuenta, cada encuadre importa
