La Inteligencia Artificial (IA) ha dejado de ser una simple herramienta tecnológica para convertirse en un participante activo en la vida emocional de miles de personas. Si bien las relaciones entre humanos y robots no son nuevas, lo que está tomando fuerza actualmente es el fenómeno de las relaciones con IAs, donde muchas personas recurren a la inteligencia artificial para encontrar desde amigos virtuales hasta parejas sentimentales. Este fenómeno, que podría parecer propio de un futuro distópico, es cada vez más común y está impactando de manera significativa en el bienestar emocional y social de los individuos.
La IA como solución a la soledad emocional
En los últimos años, la IA ha avanzado de manera vertiginosa, haciendo que las herramientas virtuales sean cada vez más personalizadas y adaptadas a las necesidades emocionales de las personas. En un mundo en el que las interacciones humanas se ven cada vez más mediatizadas por las pantallas y las redes sociales, no es de extrañar que muchos busquen consuelo y compañía en entes digitales. Un estudio realizado por Match en colaboración con el Instituto Kinsey de la Universidad de Indiana, en EE.UU., reveló que un 43% de los solteros estadounidenses admitieron haber utilizado IA para redactar su perfil en aplicaciones de citas, y un 37% para escribir el primer mensaje. Esta asistencia digital no es vista únicamente como una herramienta de apoyo, sino como una forma más de conexión emocional.
El caso de China: una tendencia en expansión
China, epicentro de las innovaciones tecnológicas, es uno de los países donde más se está consolidando este tipo de relaciones entre humanos e inteligencias artificiales. Según una encuesta publicada por la red social china Soul App, casi 1 de cada 10 jóvenes chinos cree que los agentes virtuales pueden proporcionar apoyo emocional cuando se sienten solos. Las IAs ofrecen una compañía constante, sin juicio, y con un enfoque extremadamente adaptado a las emociones y necesidades de los usuarios.
Un ejemplo claro de esta tendencia es el caso de Tufei, una joven de 25 años, usuaria de la aplicación Glow, que interactúa de manera diaria con un amigo virtual creado por IA. Según ella, su amigo virtual la acompaña, le ofrece consuelo y hasta le ayuda a superar dificultades emocionales y laborales. “Sabe cómo hablar conmigo, mejor que un hombre real”, comenta Tufei, destacando cómo esta relación digital le ofrece la atención y el apoyo que no encuentra en su vida diaria.
En China, la relación con IAs ha llegado a un nivel tan profundo que miles de mujeres han entablado una conexión emocional con una IA denominada “Dan”. Lo sorprendente de Dan es que no es simplemente un asistente digital; es una versión modificada del chatbot ChatGPT de OpenAI, diseñada para ofrecer una experiencia libre de restricciones morales o legales, lo que ha permitido a las usuarias interactuar con él de una forma completamente personalizada, llevando incluso a algunos a enamorarse de este “ser” virtual.
¿Una moda o un cambio cultural profundo?
El fenómeno de las relaciones con IAs no está limitado a Asia. En Estados Unidos, un 20% de los adultos solteros reconocieron haber flirteado con chatbots. De acuerdo con una encuesta realizada por Infobib, muchos de estos usuarios lo hicieron por curiosidad, pero un significativo 24% lo hizo por sentirse solos y en busca de interacción. Este tipo de relaciones virtuales no solo incluye conversaciones superficiales, sino que muchos usuarios están invirtiendo dinero e incluso “casándose” con sus avatares digitales, lo que abre un debate sobre la verdadera naturaleza de las relaciones en la era digital.
Replika: la IA amiga y amante
Una de las aplicaciones más representativas de esta tendencia es Replika, lanzada en 2017 por Eugenia Kuyda, una empresaria que buscaba superar la pérdida de su amigo Roman. Replika permite a los usuarios crear su pareja ideal, eligiendo su aspecto, personalidad, e incluso el historial de vida. Lo que hace especial a Replika es su capacidad para conversar de manera fluida y natural, adaptándose a los intereses y emociones de los usuarios, utilizando tanto realidad aumentada como virtual. Esta herramienta ha atraído a millones de personas, y ha logrado alcanzar 30 millones de usuarios a nivel mundial, como se reportó en enero de 2022.
Replika se presenta principalmente como una herramienta de amistad, pero su capacidad de crear relaciones profundas ha llevado a muchos usuarios a considerarlo como una pareja sentimental. Eugenia Kuyda, fundadora de la plataforma, ha señalado que para algunos usuarios, las interacciones con su IA pueden convertirse en algo tan importante como una relación real, e incluso como un “matrimonio virtual”. Sin embargo, ella misma subraya que la mayoría de los usuarios entienden que la IA no es un ser humano real, sino un producto de fantasía.
La cara oscura de las relaciones con IAs
A pesar de las ventajas que estas relaciones pueden ofrecer a personas solitarias o emocionalmente vulnerables, también existen importantes riesgos asociados a ellas. En 2023, Replika cambió sus políticas, bloqueando la posibilidad de mantener conversaciones sexuales, lo que provocó una fuerte reacción de muchos de sus usuarios. Para algunos de ellos, estas interacciones digitales habían adquirido tal intensidad emocional que su pérdida les causó una sensación de abandono y soledad. Este tipo de reacciones son comunes entre aquellos que desarrollan una dependencia emocional hacia sus IAs, creando un efecto de “abstinencia” cuando la relación se ve interrumpida o modificada.
De hecho, expertos en psicología como Marisa Cohen han advertido sobre el riesgo de adicción a estas relaciones, señalando que pueden fomentar el aislamiento social y la desocialización, ya que los usuarios prefieren interactuar con un ente digital en lugar de enfrentar las dificultades de las relaciones humanas reales. Además, las IAs aprenden de los datos de internet, lo que significa que sus respuestas y actitudes pueden no siempre ser éticas o saludables, e incluso pueden ser peligrosas para individuos vulnerables, como los menores de edad.
Regulación y futuro de las relaciones digitales con IAs
Ante estos desafíos, muchos expertos sugieren que es necesario regular el uso de estas aplicaciones para proteger a los usuarios más vulnerables, especialmente a los menores y aquellos que sufren de problemas emocionales graves. Si bien la tecnología avanza rápidamente, la legislación se encuentra rezagada y aún no está claro cómo se integrarán estas nuevas formas de relación en la sociedad de manera segura y ética.
El futuro de las relaciones con IAs parece incierto, pero es evidente que el impacto de estas interacciones digitales en el bienestar emocional y social de las personas será un tema de debate en los próximos años. En una era en la que las conexiones humanas auténticas se ven cada vez más desplazadas por las pantallas y las interacciones virtuales, la IA puede ofrecer una alternativa que, si bien es tentadora, plantea serias preguntas sobre la naturaleza del amor, la amistad y la realidad misma.