En respuesta, Noah Weinrich, portavoz de la Fundación Heritage, ha negado vehementemente estas afirmaciones. Weinrich calificó las acusaciones como una “narrativa falsa” generada por un grupo de “trolls criminales” en busca de atención. Según su declaración, los datos obtenidos fueron limitados y provienen de un archivo antiguo del sitio web The Daily Signal, accesible públicamente a través de un contratista externo.

La controversia se intensifica con revelaciones adicionales de SiegedSec, que publicó registros de chat supuestamente entre uno de sus miembros y Mike Howell, director ejecutivo del Proyecto de Supervisión de la Fundación. Estos registros detallan amenazas y declaraciones incendiarias, incluyendo la amenaza de exponer a los hackers y revelar sus identidades.

SiegedSec, aunque disuelto según sus miembros por razones de salud mental y presiones del FBI, sostiene que el objetivo del hackeo era llamar la atención sobre las políticas anti-LGBT y antiabortistas promovidas por la Fundación Heritage a través de su proyecto político para 2025. Este proyecto, según CyberScoop, incluye extensas recomendaciones para un segundo mandato de Trump, afectando diversos sectores del gobierno federal.

El debate sobre la seguridad cibernética y las políticas de la Fundación Heritage continúa, con opiniones divididas sobre la veracidad de las acusaciones y la respuesta de la organización. La situación no solo destaca la vulnerabilidad potencial de las instituciones frente a ataques cibernéticos, sino que también subraya las tensiones en torno a temas políticos sensibles en Estados Unidos.

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