dimetil sulfuro Archives - TecnoFuturo24 https://tecnofuturo24.com/tag/dimetil-sulfuro/ El futuro de la tecnología en un solo lugar. Tech News. Fri, 18 Apr 2025 10:36:57 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8 https://tecnofuturo24.com/wp-content/uploads/2024/01/cropped-cropped-TecnoFuturo24Box-32x32.jpeg dimetil sulfuro Archives - TecnoFuturo24 https://tecnofuturo24.com/tag/dimetil-sulfuro/ 32 32 El exoplaneta K2-18b revela indicios de vida en su atmósfera según datos del telescopio James Webb https://tecnofuturo24.com/el-exoplaneta-k2-18b-revela-indicios-de-vida-en-su-atmosfera-segun-datos-del-telescopio-james-webb/ Fri, 18 Apr 2025 10:36:57 +0000 https://tecnofuturo24.com/?p=12998 La comunidad científica internacional ha sido sacudida por un descubrimiento que podría…

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La comunidad científica internacional ha sido sacudida por un descubrimiento que podría representar un paso crucial en la eterna búsqueda de vida más allá del sistema solar. Investigadores, liderados por el astrónomo Nikku Madhusudhan de la Universidad de Cambridge, han detectado en la atmósfera del exoplaneta K2-18b la presencia de un compuesto químico asociado en la Tierra exclusivamente a procesos biológicos: el dimetil sulfuro (DMS).

El hallazgo, basado en datos obtenidos por el Telescopio Espacial James Webb (JWST), ha reavivado el debate sobre la posibilidad de que existan entornos habitables en mundos lejanos. K2-18b, un planeta que orbita una estrella enana roja en la constelación de Leo a unos 120 años luz de distancia, podría ser el primer caso en que la humanidad detecta una biofirma fuera de la Tierra.


K2-18b: el exoplaneta que acapara la atención de los astrobiólogos

El exoplaneta K2-18b fue descubierto en 2017 mediante telescopios terrestres en Chile, por un grupo de astrónomos canadienses. Desde entonces, se convirtió en un objeto de particular interés para la comunidad científica debido a sus peculiares características físicas y su posición en la denominada “zona habitable” de su estrella.

K2-18b es lo que se conoce como un subneptuno: un planeta más grande que la Tierra pero más pequeño que Neptuno. Este tipo de mundos no tiene un equivalente directo en el sistema solar, lo que los convierte en verdaderos enigmas para los astrónomos. Sin embargo, su tamaño y composición abren la posibilidad de que puedan albergar océanos líquidos bajo una densa atmósfera.

De hecho, la comunidad científica ha acuñado el término “planeta Hycean” para referirse a mundos como K2-18b, que podrían tener océanos de agua bajo una atmósfera rica en hidrógeno. Estas condiciones, aunque muy diferentes a las de la Tierra, podrían ser igualmente propicias para formas de vida basadas en el carbono.


El Telescopio James Webb y su papel en el descubrimiento

El Telescopio Espacial James Webb ha sido una herramienta clave en este descubrimiento. Desde su lanzamiento en diciembre de 2021, el JWST ha permitido a los astrónomos observar con detalle sin precedentes las atmósferas de planetas fuera de nuestro sistema solar.

El método utilizado para estudiar K2-18b es conocido como espectroscopía de tránsito. Consiste en analizar la luz de la estrella cuando el planeta pasa frente a ella, permitiendo a los científicos identificar los compuestos químicos presentes en su atmósfera en función de cómo absorben distintas longitudes de onda.

Fue precisamente mediante este método que el equipo de Madhusudhan detectó no solo metano y dióxido de carbono —ya predichos para un planeta Hycean—, sino también una señal que corresponde al dimetil sulfuro (DMS), un compuesto que en la Tierra solo es producido por organismos vivos, en particular por algas marinas.


La intrigante presencia de dimetil sulfuro

La detección de dimetil sulfuro en la atmósfera de K2-18b ha sido descrita como el hallazgo más llamativo de la investigación. En la Tierra, el DMS es una molécula producida principalmente por fitoplancton marino y juega un papel crucial en los ciclos biogeoquímicos del planeta, incluyendo la formación de nubes.

Lo que más sorprendió a los científicos fue la abundancia de este compuesto en la atmósfera del exoplaneta. Según los datos del JWST, las concentraciones de DMS en K2-18b serían miles de veces superiores a las que se encuentran en la Tierra, lo que sugiere que, si se trata realmente de un producto biológico, el planeta podría albergar una biosfera extremadamente activa.

Además, en una segunda ronda de observaciones, el equipo detectó otro compuesto relacionado: el dimetil disulfuro, que refuerza aún más la hipótesis de que la actividad biológica pueda ser la responsable de estas señales.


Las voces de la cautela: un descubrimiento que necesita confirmación

Pese al entusiasmo que ha generado la noticia, los propios autores del estudio han sido claros al señalar que es demasiado pronto para afirmar que han encontrado vida en K2-18b.

El astrónomo Nikku Madhusudhan fue enfático al subrayar que la señal detectada es compatible con procesos biológicos, pero que no constituye una prueba definitiva. “No es de interés para nadie declarar prematuramente que hemos hallado vida”, dijo Madhusudhan durante la rueda de prensa, aunque reconoció que los datos apuntan a un “escenario compatible con un océano cálido y repleto de vida”.

Otras voces en la comunidad científica han coincidido en pedir cautela. Stephen Schmidt, de la Universidad Johns Hopkins, declaró que aunque la señal es intrigante, “no es nada, pero tampoco podemos concluir que sea habitable aún”. Por su parte, Christopher Glein, del Southwest Research Institute en Texas, ha propuesto un modelo alternativo que sugiere que K2-18b podría ser un planeta rocoso cubierto por un océano de magma, lo que haría inviable cualquier forma de vida tal como la conocemos.


La importancia de replicar y ampliar las observaciones

En ciencia, las afirmaciones extraordinarias requieren pruebas igualmente extraordinarias. Por ello, el siguiente paso será realizar observaciones adicionales y estudios de laboratorio que permitan entender mejor el comportamiento del DMS en condiciones similares a las de K2-18b.

Matthew Nixon, investigador de la Universidad de Maryland, ha destacado que “apenas estamos comenzando a comprender la naturaleza de estos mundos exóticos”, y que será fundamental replicar estos hallazgos con diferentes instrumentos y metodologías antes de poder afirmar que se ha encontrado una biofirma en otro planeta.

Además, la comunidad científica está interesada en conocer otros aspectos de K2-18b, como su temperatura superficial, la estructura de su atmósfera y la posible presencia de nubes o nieblas que puedan alterar la interpretación de los datos.


La incertidumbre presupuestaria podría frenar futuras investigaciones

Uno de los aspectos menos comentados pero cruciales es el contexto en el que se desarrollan estas investigaciones. La financiación de la ciencia, especialmente en lo relacionado con exploración espacial, suele estar sujeta a recortes presupuestarios que ponen en riesgo misiones futuras.

El astrobiólogo Joshua Krissansen-Totton, de la Universidad de Washington, expresó su preocupación por el impacto que tendrían posibles reducciones en el presupuesto de la NASA, señalando que “la búsqueda de vida en otros mundos básicamente se detendría” si los recortes se materializan.

Mientras tanto, agencias espaciales como la NASA y la ESA (Agencia Espacial Europea) trabajan en el desarrollo de nuevas generaciones de telescopios y sondas que permitirán realizar estudios aún más precisos de exoplanetas como K2-18b.


Un hallazgo que redefine la búsqueda de vida extraterrestre

Aunque el hallazgo no constituye una prueba concluyente de vida, el hecho de que por primera vez se detecten indicios tan sólidos en un exoplaneta representa un hito en la astrobiología. La detección de DMS y otros compuestos orgánicos sugiere que las condiciones para la vida podrían ser mucho más comunes en el universo de lo que se pensaba.

Nikku Madhusudhan y su equipo continuarán sus observaciones, con la esperanza de acumular más datos que permitan aclarar el misterio. Como comentó en tono humorístico Nikole Lewis, científica de la Universidad de Cornell: “No estoy gritando ‘¡extraterrestres!’, pero siempre reservo mi derecho a gritar ‘¡extraterrestres!’”.


K2-18b y el futuro de la exploración espacial

El exoplaneta K2-18b se ha convertido en una prioridad en la agenda de la astronomía moderna. La posibilidad de que en sus océanos, si existen, puedan proliferar formas de vida desconocidas, motiva a científicos e ingenieros a perfeccionar las técnicas de observación.

Con el JWST operando a plena capacidad y proyectos como el Telescopio Extremadamente Grande (ELT) en desarrollo, el futuro de la investigación sobre exoplanetas parece brillante, siempre y cuando los recursos financieros acompañen el entusiasmo de la comunidad científica.

La humanidad se encuentra en un momento fascinante de su historia, en el que la pregunta “¿estamos solos en el universo?” podría estar más cerca que nunca de obtener una respuesta.

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