Hakuto-R Archives - TecnoFuturo24 https://tecnofuturo24.com/tag/hakuto-r/ El futuro de la tecnología en un solo lugar. Tech News. Sun, 08 Jun 2025 10:27:10 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8.1 https://tecnofuturo24.com/wp-content/uploads/2024/01/cropped-cropped-TecnoFuturo24Box-32x32.jpeg Hakuto-R Archives - TecnoFuturo24 https://tecnofuturo24.com/tag/hakuto-r/ 32 32 El fallido aterrizaje del módulo Resilience de ispace y los retos del acceso comercial a la Luna https://tecnofuturo24.com/el-fallido-aterrizaje-del-modulo-resilience-de-ispace-y-los-retos-del-acceso-comercial-a-la-luna/ Sun, 08 Jun 2025 10:27:10 +0000 https://tecnofuturo24.com/?p=14285  El mundo entero volvió sus ojos hacia la Luna este jueves, cuando…

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 El mundo entero volvió sus ojos hacia la Luna este jueves, cuando la empresa japonesa ispace intentó una vez más lo que hasta hace poco era solo dominio de agencias espaciales estatales: realizar un aterrizaje controlado en la superficie lunar. El módulo de aterrizaje Resilience, desarrollado por ispace, perdió contacto poco antes de llegar al suelo del Mar del Frío (Mare Frigoris), una extensa planicie de basalto en el hemisferio norte de la Luna. La misión, que incluía una serie de experimentos científicos y tecnológicos junto con un pequeño rover europeo, terminó en un nuevo impacto destructivo.

Un segundo intento frustrado

Takeshi Hakamada, fundador y CEO de ispace, confirmó ante los medios lo que ya se temía: el módulo Resilience no logró aterrizar como estaba previsto. Es el segundo intento fallido de la compañía en apenas dos años. El primero ocurrió en abril de 2023, cuando un error en la lectura de altitud llevó a otro módulo a precipitarse desde varios kilómetros de altura.

En esta ocasión, la causa preliminar parece similar, aunque con una variación significativa: el nuevo módulo contaba con un sistema de medición láser diferente al anterior. El director de tecnología de ispace, Ryo Ujiie, explicó que el dispositivo encargado de medir la altitud sufrió retrasos en obtener valores válidos. Esto impidió al sistema de navegación calcular adecuadamente la distancia restante al suelo lunar, dificultando una desaceleración efectiva durante la fase crítica del descenso.

El resultado fue un aterrizaje violento que destruyó tanto al módulo como a los instrumentos científicos a bordo, entre ellos un experimento de electrólisis de agua, una cámara, un monitor de radiación y un proyecto artístico sueco denominado “MoonHouse”. También iba a desplegarse un pequeño rover diseñado en Europa, con capacidad para recoger muestras del regolito lunar y enviar imágenes, pero el despliegue nunca llegó a ocurrir.

La resiliencia como filosofía

El nombre del módulo, “Resilience”, no fue elegido al azar. Representa la filosofía de una empresa que, desde su fundación en 2010 como participante del Google Lunar X-Prize, ha enfrentado retos constantes. Aunque el concurso terminó sin ganadores, Hakamada y su equipo decidieron seguir adelante. Así nació Hakuto-R, la actual iniciativa lunar de ispace.

“No es imposible. Entonces, ¿cómo superamos nuestros obstáculos?” reflexionó Hakamada ante la prensa. Su pregunta sintetiza el espíritu de una compañía que, pese a los tropiezos, no ha desistido. Para muchos, aterrizar en la Luna es todavía un privilegio reservado a unos pocos. Hakamada reconoce la dificultad técnica y operacional que implica, pero insiste en que es un objetivo alcanzable con persistencia, análisis y mejora continua.

Tecnología bajo la lupa

El módulo Resilience fue construido con una estructura del tamaño de un automóvil compacto y pesaba cerca de una tonelada al momento del despegue. La misión había despegado a bordo de un cohete Falcon 9 de SpaceX en enero de 2025, compartiendo viaje con el módulo Blue Ghost de Firefly Aerospace, otro proyecto de alunizaje comercial.

Mientras que el módulo Blue Ghost realizó un descenso directo y exitoso, operando por dos semanas en la superficie lunar y cumpliendo todos sus objetivos, el enfoque de ispace fue más conservador. Su trayectoria, más eficiente en consumo de combustible, requirió varias correcciones de curso antes de la fase final de descenso. Lamentablemente, esa planificación no fue suficiente para evitar el error en la medición de altitud, lo que terminó siendo fatal.

La sustitución del sensor de altitud tras el primer fracaso de 2023 fue una de las principales mejoras introducidas. Sin embargo, el nuevo sensor presentó comportamientos anómalos que ahora deberán ser estudiados en detalle. La empresa ya ha iniciado un análisis exhaustivo de los datos de telemetría disponibles, con el objetivo de detectar fallos, ya sea en el software, el hardware o en la integración de ambos.

Un mercado en construcción

La industria espacial privada ha realizado avances significativos en los últimos cinco años, pero sigue enfrentando una tasa de éxito modesta. Desde que en 2019 se abrió la puerta a misiones comerciales hacia la Luna, solo unas pocas han logrado aterrizajes controlados. Intuitive Machines y Firefly, ambas empresas estadounidenses, han tenido éxitos parciales o limitados. La sonda Odysseus de Intuitive Machines, por ejemplo, logró aterrizar, pero volcó poco después. Su segundo intento también acabó de manera similar.

ispace, por su parte, ha sido uno de los pocos actores no estadounidenses en participar en esta carrera. A diferencia de las misiones con fuerte respaldo estatal, como las de la NASA o JAXA, las misiones de ispace han sido impulsadas principalmente por inversión privada, con colaboraciones puntuales con organismos como la Agencia Espacial de Luxemburgo y NASA.

Esto añade una presión adicional sobre ispace, ya que debe rendir cuentas ante accionistas, clientes de carga útil y colaboradores estratégicos. El propio Hakamada ha declarado que su prioridad inmediata es restaurar la confianza mediante un informe técnico detallado que esclarezca lo sucedido y proponga mejoras concretas para las futuras misiones.

Misión 3: el futuro inmediato

A pesar del duro golpe, ispace no se detiene. Ya está en marcha el desarrollo de la Misión 3, prevista para 2027. Esta nueva aventura espacial tendrá un módulo más grande y sofisticado, fruto de una colaboración entre la subsidiaria estadounidense de ispace y el prestigioso Draper Laboratory. Bajo un contrato con la NASA, se buscará llevar nuevos experimentos al suelo lunar y demostrar nuevamente la viabilidad del transporte comercial interplanetario.

Esta futura misión representa una evolución tecnológica considerable respecto a los modelos anteriores. La empresa ha prometido no solo mejorar sus sistemas de navegación y sensores, sino también incorporar nuevas arquitecturas redundantes que eviten depender de un único tipo de instrumento en las fases críticas de descenso.

Más allá del fracaso

Aunque la palabra “fracaso” puede sonar contundente, en el ámbito de la exploración espacial representa una etapa inevitable del aprendizaje. El desarrollo de nuevas tecnologías, sobre todo en entornos tan hostiles como la superficie lunar, exige iteraciones constantes, simulaciones realistas y una mentalidad de mejora continua.

Los errores de ispace servirán no solo para sus propios ingenieros, sino también para toda la comunidad aeroespacial que observa atentamente cada intento. El conocimiento que surja del análisis de este evento contribuirá a robustecer futuras misiones y a fortalecer la cadena de suministro de tecnología espacial, tanto en Japón como a nivel internacional.

El papel de Japón en la exploración lunar

Japón ha mostrado un interés creciente en el espacio profundo, con misiones destacadas como Hayabusa y SLIM (Smart Lander for Investigating Moon). ispace representa una vía distinta: una empresa privada que busca posicionar a Japón como un actor relevante en la nueva economía espacial.

La colaboración público-privada aún es incipiente, pero misiones como Hakuto-R pueden convertirse en catalizadores para un ecosistema más dinámico, donde startups, universidades, agencias estatales e inversores puedan converger en proyectos de alto impacto.

Enseñanzas para la industria espacial global

La experiencia de ispace deja lecciones importantes para la naciente industria del transporte lunar:

  1. Los sistemas de navegación necesitan redundancia. Confiar en un solo sensor puede ser fatal.

  2. El software es tan crítico como el hardware. La lógica de interpretación de datos debe considerar escenarios extremos.

  3. El financiamiento privado impone otros tiempos y presiones. La velocidad de ejecución puede entrar en tensión con la profundidad de los ensayos.

  4. La colaboración internacional es clave. El rover europeo, el apoyo de Luxemburgo y los vínculos con NASA demuestran que la sinergia entre países potencia las misiones.

  5. Las expectativas deben gestionarse con realismo. Una tasa de éxito del 50% no es un fracaso para una industria en formación.

Persistencia como valor central

Hakamada y su equipo han demostrado que están dispuestos a aprender, corregir y seguir adelante. Si bien aún no han logrado un alunizaje exitoso, han acumulado una valiosa experiencia operativa en navegación lunar, integración de cargas útiles y gestión de misiones espaciales.

En palabras del propio CEO: “Lo importante es que no es imposible. Solo debemos seguir intentándolo.”

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