Durante años, Tesla ha dominado el mercado de los coches eléctricos, marcando tendencias e impulsando una transformación profunda en la industria automotriz global. Sin embargo, este liderazgo comercial también conlleva ciertos efectos secundarios que, hasta ahora, habían pasado relativamente desapercibidos para el consumidor medio. Un reciente análisis norteamericano pone de relieve una problemática cada vez más evidente: la fuerte depreciación de los vehículos eléctricos, en especial los de Tesla, en el mercado de segunda mano.
La situación ha encendido las alarmas entre quienes poseen uno de estos modelos y consideran venderlo en el corto o medio plazo. La pérdida de valor registrada en los últimos doce meses no solo ha sido significativa, sino que afecta directamente a algunos de los automóviles más populares del catálogo eléctrico mundial.
Depreciación y mercado de segunda mano: un problema creciente
Los coches eléctricos han sido el emblema de una nueva movilidad más limpia, moderna y tecnológica. Las principales preocupaciones hasta la fecha solían centrarse en aspectos como la autonomía, la infraestructura de carga y la longevidad de las baterías. Pero el mercado evoluciona, y con él también lo hacen las prioridades de los consumidores. Hoy, la reventa y el valor residual del vehículo se están convirtiendo en aspectos clave para miles de conductores.
A pesar de que aún no puede hablarse de un mercado de ocasión eléctrico tan maduro como el de vehículos de combustión interna, ya existen suficientes datos para detectar patrones claros. El análisis del equipo de iSeeCars sobre 1,4 millones de vehículos usados vendidos durante el último año en Norteamérica así lo demuestra. El estudio ha identificado los modelos que más valor han perdido en este periodo, arrojando resultados poco alentadores para marcas de alto perfil como Tesla, Porsche, BMW y Mercedes-Benz.
Model S, el coche que más valor pierde
De todos los modelos analizados, el Tesla Model S se ubica en la cima de la lista de depreciación. Con una pérdida de valor media del 17,2% en tan solo un año, este sedán eléctrico ha visto cómo su precio medio bajaba desde los 47.931 dólares en marzo de 2024 a 37.987 dólares en marzo de 2025. Esto representa una pérdida económica de 9.944 dólares, lo que equivale a más de 8.700 euros.
La longevidad del Model S en el mercado, donde lleva más de 13 años con escasas actualizaciones significativas, así como los constantes problemas de software y hardware reportados, han contribuido a esta caída. A pesar de ser un pionero de la movilidad eléctrica, su falta de renovación técnica lo ha relegado frente a competidores más recientes.
Model Y y Model 3 también se resienten
El impacto no se limita al Model S. El Tesla Model Y, uno de los SUVs eléctricos más vendidos del mundo, ha sufrido una depreciación del 13,1%, con un precio medio que ha descendido hasta los 30.611 dólares (unos 26.880 euros). Le sigue el Tesla Model 3, cuya caída es del 10,9%, situando su coste medio actual en 26.084 dólares (alrededor de 22.905 euros).
Estos números no solo representan una pérdida directa para los propietarios, sino que generan un efecto dominó en todo el mercado. Las rebajas aplicadas por Tesla en sus modelos nuevos, con el objetivo de mantener el liderazgo en matriculaciones, han repercutido negativamente en los modelos usados. Esta estrategia, aunque eficaz para atraer nuevos clientes, ha minado el valor de reventa de vehículos adquiridos anteriormente.
La competencia premium también cae
Tesla no es la única afectada. Otros fabricantes premium también experimentan pérdidas significativas en el mercado de ocasión. El Porsche Taycan, considerado una de las joyas de la movilidad eléctrica de lujo, ha sufrido una depreciación del 15,1% en solo un año, lo que se traduce en una pérdida de 13.422 dólares, fijando su valor actual en 75.407 dólares (66.217 euros).
El Ford Explorer PHEV también aparece en el listado con una depreciación del 14,1%, seguido por el BMW Serie 5 híbrido, que registra una caída del 13,9%. Otros modelos que se han depreciado por encima del 10% incluyen al Hyundai Kona EV, el Jeep Gladiator, el Mercedes-Benz AMG GT y el Maserati Levante. La tendencia afecta tanto a eléctricos puros como a híbridos enchufables, sin distinción clara entre tecnologías.
Impacto por marca: Tesla, la más perjudicada globalmente
A nivel de marca, Tesla lidera la lista de depreciación con una pérdida media del 10,9%, lo que representa 3.541 dólares menos en el valor medio de sus vehículos. En segundo lugar está Chrysler con una caída del 8,9%, seguida por Maserati con un 8,6%. Aunque en términos porcentuales Maserati parece menos afectada, sus modelos tienen un precio base más alto, por lo que la pérdida económica es incluso mayor: 4.106 dólares (unos 3.605 euros).
Este escenario plantea una cuestión fundamental: ¿es rentable adquirir un coche eléctrico de gama alta si su valor se deprecia a este ritmo? Para muchos consumidores, la respuesta empieza a inclinarse hacia la cautela.
Factores que explican la rápida depreciación
La depreciación de un vehículo responde a múltiples factores. En el caso de los eléctricos, hay elementos específicos que agravan esta dinámica. Por un lado, la velocidad de innovación tecnológica es extremadamente alta, lo que deja obsoletos modelos recientes en muy poco tiempo. Por otro, la competencia se ha intensificado, y nuevos fabricantes están introduciendo propuestas más accesibles, eficientes y con mejor soporte tecnológico.
Otro factor importante es la incertidumbre sobre el estado de la batería. Aunque muchos eléctricos mantienen un buen rendimiento con el paso del tiempo, la percepción del consumidor sigue siendo crítica en este aspecto. A esto se suman las políticas de precios agresivas de las marcas, que reducen drásticamente el coste de modelos nuevos, desincentivando la compra de usados.
El caso europeo y el cambio de liderazgo
Aunque los datos analizados provienen de Norteamérica, la situación comienza a reflejarse también en Europa. Tesla, que tradicionalmente ha sido el referente del mercado eléctrico en el continente, empieza a perder terreno frente a marcas como Volkswagen, que han sabido adaptar mejor su estrategia comercial a las particularidades del mercado europeo.
Durante el primer trimestre de 2025, Volkswagen logró superar a Tesla en ventas, a pesar de que la firma californiana mantuvo una presencia destacada con sus Model 3 y Model Y. Esta pérdida de liderazgo en matriculaciones podría ser una señal de alerta sobre el futuro comercial de la compañía, especialmente si no adapta su modelo de negocio al nuevo contexto.
España: una adopción empresarial más lenta
En el caso de España, los vehículos eléctricos de empresa no han recibido el mismo impulso que en otros grandes mercados europeos. El análisis de la organización Transport & Environment destaca que la brecha fiscal a favor de los eléctricos corporativos es de solo 3.200 euros, una cifra significativamente inferior a la de otros países del entorno.
Esto limita la renovación del parque automotor empresarial, uno de los sectores clave para la consolidación del coche eléctrico en el mercado de ocasión. Sin un volumen suficiente de vehículos usados provenientes de flotas empresariales, el ecosistema de segunda mano sigue siendo pequeño, volátil y poco fiable para muchos compradores.
Perspectivas para el propietario actual
Para quienes ya poseen un Tesla u otro modelo premium eléctrico, la situación puede parecer desalentadora. Sin embargo, hay formas de mitigar la pérdida de valor. Mantener el vehículo en excelentes condiciones, conservar el historial de mantenimiento actualizado, limitar el kilometraje anual y elegir el momento adecuado para vender son factores clave.
Además, se espera que con el paso del tiempo y la estabilización del mercado de segunda mano, el valor residual de algunos modelos recupere parte de su terreno, especialmente aquellos que logren consolidarse como opciones fiables y duraderas.
Hacia un mercado de eléctricos más sostenible
El crecimiento del coche eléctrico es imparable, pero requiere ajustes estructurales. Es necesario reforzar la infraestructura de carga, mejorar la transparencia sobre la vida útil de las baterías y establecer normativas claras sobre el reciclaje y la reutilización de componentes. También se debe promover un mercado de ocasión robusto, con garantías reales para el comprador.
Para los fabricantes, la clave está en encontrar el equilibrio entre mantener precios competitivos para los nuevos modelos y asegurar la estabilidad del valor de reventa para sus clientes. Una estrategia que combine innovación, servicio postventa eficiente y compromiso con el ciclo de vida completo del vehículo será fundamental en los próximos años.