En un giro regulatorio que podría cambiar el panorama de la industria automotriz, el Departamento de Transporte de Estados Unidos, bajo la administración de Donald Trump, anunció una serie de reformas que modificarán los requisitos de reporte de accidentes relacionados con vehículos autónomos. Estas nuevas directrices, enfocadas en reducir la cantidad de accidentes que deben ser informados, colocan a Tesla, dirigida por Elon Musk, como la empresa más beneficiada de este cambio estructural.
El Secretario de Transporte, Sean Duffy, explicó durante una conferencia de prensa en Washington que estas modificaciones buscan “agilizar trámites burocráticos” y permitir que las empresas estadounidenses puedan competir de forma más efectiva en el acelerado mercado global de vehículos autónomos, especialmente frente al auge de competidores asiáticos como BYD. Sin embargo, la medida ha generado controversia al centrarse exclusivamente en los sistemas de conducción autónoma de nivel 2, precisamente los que utiliza Tesla.
Un marco regulatorio adaptado al modelo de Tesla
Los vehículos autónomos se dividen por niveles, desde el 0 (sin automatización) hasta el 5 (automatización total). El sistema de nivel 2 —que Tesla ha implementado ampliamente— incluye funciones como mantenimiento automático de carril, aceleración y frenado, pero aún requiere que el conductor esté atento en todo momento. Bajo las normas anteriores de la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA), cualquier accidente que involucrara este tipo de tecnología, aunque fuera menor, debía ser reportado.
Las nuevas reglas establecen que ya no será obligatorio reportar los accidentes no mortales que involucren vehículos de nivel 2 si no hay lesiones, activación de bolsas de aire o necesidad de una grúa. Esta excepción no aplica a sistemas de conducción completamente autónomos, como los que utiliza Waymo, la filial de Alphabet (matriz de Google), que no se beneficiará de esta reforma.
Este cambio puntual en los criterios de reporte excluye de manera directa a Tesla del grueso de las exigencias regulatorias, permitiéndole reducir considerablemente la cantidad de accidentes que deben aparecer en las bases de datos públicas de la NHTSA. Según analistas, más del 75% de los reportes de accidentes con vehículos de nivel 2 en los últimos 12 meses involucraban a Tesla. El número real de incidentes con remolque es incierto, ya que la columna en la base de datos correspondiente a esa información está mayoritariamente en blanco.
Repercusiones inmediatas y ventajas estratégicas
Como respuesta directa a estas modificaciones, las acciones de Tesla subieron casi un 10% el pasado viernes. Analistas de Wall Street interpretan este movimiento como una señal clara de que Tesla, además de contar con una importante presencia tecnológica, posee una ventaja política derivada de la cercanía entre Elon Musk y el presidente Trump. Musk, quien lidera el grupo de reducción de costos del gobierno, ha criticado en múltiples ocasiones que las reglas anteriores distorsionaban la percepción pública de la seguridad de sus vehículos.
Sam Abuelsamid, analista de Telemetry Insight, aseguró que “esto reducirá significativamente el número de accidentes reportados por Tesla”. Mientras tanto, Dan Ives de Wedbush Securities lo describió como “una victoria para Tesla y una pérdida para Waymo”.
Aunque otros fabricantes como Hyundai, Nissan, Subaru y BMW también integran sistemas de nivel 2, Tesla domina ampliamente el mercado de estos vehículos en circulación. Esto significa que el impacto de esta excepción será principalmente en beneficio de la empresa de Elon Musk.
La nueva política también plantea que si un vehículo con sistema ADS (Automated Driving System), es decir, de conducción completamente autónoma, necesita ser remolcado, el incidente debe reportarse, incluso si no hay lesiones ni bolsas de aire desplegadas. Esto crea un entorno regulatorio desigual, con requisitos más estrictos para vehículos más avanzados tecnológicamente.
Una narrativa más limpia para el consumidor
Uno de los efectos colaterales más significativos de esta reforma es que Tesla podrá construir una narrativa pública más favorable sobre su historial de seguridad. Con menos accidentes reportados en bases de datos públicas, la empresa puede reforzar sus campañas de mercadeo centradas en la eficiencia y seguridad de sus vehículos.
Musk ha reiterado en numerosas ocasiones que los vehículos Tesla son “significativamente más seguros” que los automóviles tradicionales y que su tecnología ha salvado vidas. Al eliminar los reportes obligatorios de pequeños accidentes, Tesla puede ahora reforzar este argumento con datos que parecen respaldar su afirmación, aunque la disminución de informes se deba más a cambios regulatorios que a mejoras técnicas comprobadas.
No obstante, expertos en seguridad vial han advertido que esta reforma podría dificultar la identificación temprana de defectos en el sistema de conducción y limitar la capacidad del público y los reguladores para acceder a información completa y actualizada sobre la seguridad de estos vehículos.
El contexto internacional y la competencia con China
El secretario Sean Duffy justificó la relajación de los requisitos como parte de una estrategia nacional para enfrentar la competencia de China en la carrera por dominar la industria de los vehículos autónomos. “Estamos en una carrera con China por innovar, y los riesgos no podrían ser mayores”, declaró.
El Departamento de Transporte señaló que está trabajando para reemplazar la actual estructura de regulaciones estatales fragmentadas por un estándar nacional unificado. Esto facilitaría que empresas como Tesla escalen rápidamente sus operaciones sin enfrentar obstáculos normativos diversos en distintos estados.
Esta estrategia también viene acompañada por la confirmación, por parte de Elon Musk, de que Tesla planea lanzar su servicio de robotaxis en Austin, Texas, en junio. Aunque Waymo ya ofrece taxis autónomos en esa ciudad, Tesla confía en que su integración vertical —fabricación, software y venta directa— le permita posicionarse como el líder indiscutible del mercado.
Tensiones políticas y crisis de reputación
El anuncio se produce en un contexto delicado para Tesla. Las ventas han disminuido en los últimos meses, afectadas por una creciente desaprobación pública ante el respaldo político de Musk a figuras de extrema derecha tanto en Estados Unidos como en Europa. Además, Tesla se enfrenta a una feroz competencia de parte de BYD, empresa china que ha incrementado su presencia internacional con vehículos eléctricos de menor costo y cada vez más sofisticados.
Pese a estos desafíos, Musk ha reiterado que el futuro de Tesla está en la automatización total. Al reducir la exposición mediática a incidentes menores, la compañía se fortalece de cara a los inversionistas y consumidores que aún confían en la visión tecnológica que la hizo famosa.
A pesar de los múltiples intentos de contacto, Tesla no emitió comentarios sobre los cambios regulatorios. Waymo, por su parte, también declinó hacer declaraciones. Sin embargo, la NHTSA aseguró que la medida no está diseñada para favorecer a ningún fabricante en particular y que las reglas son consistentes con los requerimientos de seguridad para los distintos niveles de autonomía.
El futuro inmediato: menos regulación, más riesgos
A corto plazo, la nueva política implica que los consumidores tendrán menos acceso a datos sobre la seguridad de los vehículos que utilizan sistemas de asistencia parcial. Las estadísticas que anteriormente permitían comparaciones entre marcas y modelos ya no reflejarán la misma transparencia. Esto preocupa a organismos independientes que velan por la seguridad vial, quienes habían advertido que una posible eliminación de los reportes podría tener consecuencias negativas.
De momento, la NHTSA indicó que solo el 8% de los accidentes reportados bajo las reglas anteriores incluían vehículos de nivel 2 remolcados sin otros factores calificativos. Sin embargo, sigue siendo incierto el número de incidentes en los que no se indicó si hubo necesidad de remolque.
Con este nuevo marco normativo, Tesla obtiene una ventaja competitiva notable, no solo en términos de percepción pública, sino también en su capacidad de adaptarse más rápidamente a la evolución del mercado autónomo. Queda por verse si el equilibrio entre innovación y transparencia se mantendrá estable o si esta reforma marcará el inicio de una era de menor fiscalización en el sector.